2019 concluye con 72 asistencias al teatro para ver 71 funciones (un espectáculo lo vi dos veces), más 17 espectáculos de danza y teatro y 7 más de contenido misceláneo, pero fundamentalmente musical. Son 96 asistencias, en la línea de los últimos años, y casi dos funciones a la semana. La locura continúa.

Lo mejor:

  • Horror, de Jakop Ahlbom Company, de Holanda, vista en el CDN en Madrid a primeros de año y vuelta a ver en el Arriaga de Bilbao en octubre. Que consiga dar miedo una obra de teatro es difícil, pero con el espectacular uso de los efectos especiales lo consiguen, además de que alucines.
  • Teatro extranjero: Mucho de lo programado en el CDN: Saigón, la visión franco-vietnamita del exilio; Mary said what she said, con Isabelle Huppert; The knigth of the burning pestle, de Declan Donellan; Why?, de Peter Brook. Y la Royal Shakespeare Company con un Medida por medida excelente que visitó el Festival de Vitoria, donde también pude disfrutar de la Need Company y su mítica Isabella’s room.
  • Visto en Pamplona: Jauría, gran trabajo de Casanovas y Miguel del Arco; Crimen y telón, de Ron La La; la Lehman Trilogy, que vi el año anterior en Madrid; y Entre bobos anda el juego, de Noviembre Teatro.
  • El cóndor y el puma, teatro político de denuncia dirigido por Andrés Lima para el CDN.

Teatro navarro:

  • La sorpresa más agradable, Xabi Artieda con Everybody needs… heros.

Danza:

  • Rocío Molina con Caída del Cielo. Un descubrimiento.
  • Fla.co.men de Israel Galván.
  • El Ballet Jazz de Montreal, visto en el Festival de Vitoria, que estará en el Gayarre el 13 de marzo.
  • Los Soliloquios de Israel Galván, Jon Maya y Cesc Gelabert por las salas del Museo de la Universidad de Navarra.