LA CAJA OSCURA. Compañía: Universal Mix Teatro (Madrid). Autora: Amparo Climent. Dirección: Carmen Losa. Intérpretes: Amparo Climent, Gloria Vega, Carmen Arévalo, Carolina Lapausa y Ana Goya. Lugar: Teatro Gayarre. Fecha: Sábado 30 de noviembre. Público: Lleno.

Cajas destempladas

Una noche de 1987, Valladolid quedó conmocionado por un triple asesinato en carreteras secundarias que le tuvo en vilo hasta la captura del criminal 36 horas después. Aquel suceso dio lugar a más de un libro e incluso quedó reflejado en una película (Horas de luz). Yo cubrí como periodista la noticia y dos años después, todavía inexperto, tuve que entrevistar al responsable del operativo policial, un comisario jefe que era además un reputado profesor de la escuela de criminología. Para ganarme su confianza, y poder introducir después preguntas comprometidas, comencé alabándole aquel trabajo. Me frenó amablemente, pidió que apagara la grabadora y, a micrófono cerrado, me explicó que lo que yo calificaba de “brillante operación” fue pura rutina. Como sumar dos más dos. De hecho, más fácil. Según me explicó, cualquier persona que ha cometido un crimen sin premeditación, es decir, en un arrebato, se comporta siempre, siempre, siempre, de la misma manera, da igual su edad o condición. Por eso, para la policía es sencillo localizar al homicida, porque siempre sabe a dónde ha ido y en qué estado anímico se lo va a encontrar. Yo pregunté: “¿Y entonces la película donde…?, ¿y la novela de…?”. Se echó a reír. El 99% de lo que se escribe es pura fantasía, nada que ver con la realidad, me vino a decir. En diez minutos francamente productivos me enseñó a “leer” las páginas de sucesos y, en efecto, veintitantos años después puedo asegurar que todo se repite invariablemente en la forma en que me lo contó.

Si algún policia acudió el sábado al Gayarre a ver La caja oscura, una obra que quiere ser policíaca e incluso psicológica, se tuvo que partir el bazo de la risa. Cuatro mujeres con evidentes problemas personales llevan tres meses en una terapia de autoayuda. Hoy se han quedado encerradas en la sala, el calor desata su agresividad y cuando vuelve a escena la terapeuta, al público se le cuenta que, aunque increíblemente no se conocían de antes, están relacionadas con un crimen que tuvo lugar en un mismo día diez años atrás. El asunto tal como se expone es imposible, pura ciencia ficción (bueno, sólo ficción porque no hay nada científico en él, como sabe cualquier alumno de preparatorio de Detective). Además, la autora pone en boca de los personajes una sucesión de truculencias a cual más disparatada, desde violación múltiple a doble asesinato, se supone que para añadir un dramatismo para el que no parece disponer de  más recursos, pero que resulta de tebeo.

Como la obra está escrita como está, el espectador sabe todo de cada una de las cuatro mujeres en cuanto aparecen en escena y dicen su primera frase. Eso no es malo per sé, si luego se van desvelando nuevos detalles que ayuden a entender el crimen no resuelto, cosa que aquí no ocurre. La bronca cuando se quedan encerradas es artificiosa, acartonada, un todas contra todas sin gradación, cadencia ni sentido. Las cinco actrices son solventes, están por encima de sus personajes y se nota el esfuerzo en hacer creíbles sus textos, especialmente la navarra Ana Goya, que tiene el difícil cometido de cerrar la función. Como en el Mío Cid, que buenas vasallas, si obviesse buen señor. No les ayudó la dirección, tan fuera de sitio como el material que maneja. Se marca en mitad de la sesión una canción con coreografía, pero no porque sea parte de la terapia, que tendría un pase, sino a modo de intermedio lúdico, como un mal musical, con cambio de iluminación y todo. Es decir, todo lo contrario a lo que pide una obra que ya hemos dicho no es un Doce hombres sin piedad ni El método Gronholm, con ese mismo planteamiento.

Lo más llamativo de la velada para mí fue el lleno en Gayarre en mitad de puente. Bien es cierto que era la entrada más barata de la temporada, 8 euros, pero cuestiona el miedo de los programadores a abrir los teatros en este tipo de fechas, sobrecargando la oferta en otras.

VÍCTOR IRIARTE en Diario de Noticias