CRÍTICA TEATRO

IBA EN SERIO. Producción: Laboratorio de la Voz Producciones (Madrid). Texto y dirección: Juan Carlos Rubio, a partir del libro homónimo de Jorge Javier Vázquez. Intérpretes: Jorge Javier Vázquez, Kiti Mánver, Edu Morlans, Alejandro Vera, Víctor González, Paco Pepe Martínez y Belén González. Músico: Julio Awad. Coreografías: Federico Barrios. Escenografía: Ana Garay. Lugar: Baluarte. Fecha: Sábado 9 de julio. Público: 500 espectadores, media entrada.

Yo me mi, conmigo

No he visto en mi vida un solo minuto de Sálvame, el programa de pedorrerías y simplezas que triunfa desde hace años en la pequeña pantalla y que tan bien define la miseria intelectual que encharca este país, así que no tengo criterio suficiente para opinar sobre el trabajo de Jorge Javier Vázquez, pero tengo que suponer que es bueno en lo suyo siendo el líder indiscutible del formato. A mí es un tipo que me cae muy bien desde que supe que es un gran aficionado al teatro y que, tras asistir a una lectura dramatizada, decidió producir Miguel de Molina al desnudo, espectáculo vindicativo sobre aquel excelso cantante de copla, que protagonizó, por cierto, el actor pamplonés Ángel Ruiz y programó Gayarre hace año y medio. Bendita telebasura si alguien que cobra buenos dividendos de ella los invierte en  financiar teatro, me dije.

Aquella primera experiencia, motivada por la condición homosexual que comparten Vázquez y Molina, resultó satisfactoria artística y económicamente y en 2015 el showman dio un paso más y decidió subir a escena usando su autobiografía, Iba en serio, superventas con seis ediciones, lo que no es señal de nada si sabemos que venden igual de bien Vargas Llosa y Belén Esteban. Jorge Javier volvió a confiar en Juan Carlos Rubio, un director solvente, que también dirigió Molina, y éste incorporó al elenco a su actriz fetiche, Kiti Manver, que luce espléndida en el papel de madraza, así como a tres jóvenes intérpretes (seguro que también famosos de la pequeña pantalla, a juzgar por los comentarios del patio de butacas, aunque desconozco en qué programa y canal): Edu Morlans, Alejandro Vera y Víctor González. Los tres cantan y bailan estupendamente e interpretan sus papeles con desparpajo. La escenografía e iluminación están bien pensadas y permiten cambiar de escena con rapidez y limpieza. Es resumen, que la estrella de la televisión se ha dejado arropar por un equipo solvente para su debú en los escenarios.

Iba en serio tiene dos serios problemas. El primero es puramente de contenido. La vida de Jorge Javier Vázquez no tiene ningún interés para nadie quien no sea fan de su programa o persona. Es, por tanto, un ejercicio de egotismo. Badalonés hijo de trabajadores inmigrantes, nacido en 1970, sufre los típicos insultos homofóbicos en su adolescencia y pierde a los 27 años a un padre todavía joven, sucesos que no parecen  haber dejado trauma que justifique dramón ni comedia con sustancia. Chaval despierto, licenciado en Filología, apasionado del cotilleo, trabaja en la revista Pronto antes de dar el salto a la televisión. En la obra cuenta eso y su iniciación sexual, pero de una forma elegante y con toques de humor. Todo muy plano. El segundo problema es dramatúrgico: no hay conflicto, luego la peripecia tiende al aplatanamiento y conduciría inevitablemente al aburrimiento si no fuera por los añadidos musicales. El formato queda, así, en una decimonónica revista de variedades. Rubio, responsable de un guión al que le sobran frases que suenan pedantes, ha tirado de tópico: Jorge Javier consulta a una psiquiatra para conocer la causa de su bajo tono vital, lo que le obliga a repasar la vida, un recurso endeble. Jorge Javier pisa seguro el escenario y no canta mal, aunque en su tono, su repertorio vital, de Betty Misiego a Paloma San Basilio o Charles Aznavour. Y tanto él como Kiti provocan no pocas carcajadas entre su público de sofá, que asiste entregado desde el minuto uno y lo ovaciona puesto en pie. Pues adelante con los faroles. Cada uno se gasta su dinero como le viene en gana y nadie paga obligado 32 euros por verlo.

POR Víctor Iriarte. Publicado en Diario de Noticias el martes 12 de julio de 2016.