CRÍTICA TEATRO

CONCIERTO DE ÓRGANO. Autor: Patxi Larrainzar. Dirección: Jaime Malón. Intérpretes: Fernando Eugui, Manolo Almagro, Dani Villodres, Airane Irure, Jaime Malón, Miguel Domènech, Pili Peletero, Pedro Domench y Sagrario Zubillaga. Diseño escenografía: Pedro Salaberri. Realización de escenografía: Roberto Martínez. Interpretación musical: Fernando Esparza. Producción: Fernando Esparza y Aula de Teatro Juslarrotxa. Lugar: Teatro de la Casa de Cultura de Villava. Fecha: Sábado 21 de mayo. Público: 150 espectadores, media entrada.

Concierto desafinado

El segundo homenaje al autor teatral Patxi Larrainzar en el 25 aniversario de su muerte, tras el del Gayarre en marzo, estuvo protagonizado por el grupo de teatro de la Rochapea, donde vivió y ejerció su labor pastoral. Hubo un emotivo prólogo previo al estreno de su inédito y la media entrada del segundo día demuestra el interés que sigue despertando la figura de este sacerdote “asilvestrado”, capital en la historia del teatro navarro.

La obra está basada en un hecho real, que el de Riezu cuenta en sus memorias. En su día recibió la visita de un hombre de edad, soltero, bonachón y apocado, que le pedía trabajo como organista al poco de salir de la cárcel en libertad condicional. Le contó su peripecia: se le coló el la iglesia un macarra peligroso que venía huyendo de la policía por alguna pirula seria. Durante semanas se apoderó del recinto, le obligó a esconderlo, alimentarlo  y delinquir para él y sedujo a una de sus alumnas. Lo peor de todo, le frustró la prueba para organista de la catedral, que tenía ganada. En un arranque de ira lo golpeó causándole la muerte. Patxi empatizó con él pues ambos compartían la pasión por Bach y la condición de organistas. Meses después del encuentro, el homicida le envió una postal desde la localidad catalana donde había encontrado trabajo. Patxi, mientras, había pergeñado una obra de teatro.

Es una pena que los promotores del homenaje hayan optado por este drama y no por bucear en lo mejor de su producción. Este Concierto tiene importantes carencias, empezando por su confuso título, que desconcierta en el cartel y obliga en taquilla a aclarar que la entrada corresponde a una representación teatral. En apariencia es un drama judicial, pues un juez reconstruye con actores los hechos que llevaron al crimen en presencia de testigos (el público), pero el autor no domina la técnica y está articulado de forma confusa. Es una pena que Larrainzar no profundizara en el principal material dramatúrgico del asunto: la relación de poder-sumisión que paraliza la voluntad de algunas personas hasta límites increíbles (y que, por ejemplo, explica tantos casos de violencia de género). Las acciones y diálogos de los personajes no generan una tensión que corte el aire, un ambiente de amenaza que adense la respiración, y tampoco la dirección de Jaime Malón lo ha intentado. El autor no sólo no personaliza sus personajes poniéndoles nombre propio, es que tampoco logra singularizarlos. Quiero decir que el pusilánime organista y el joven chuleta hablan y razonan y hasta filosofan (sobre la sociedad, la iglesia, etc) con similares palabras y en el mismo registro lingüístico. Esto es, se nota que son dos muñecos articulados que utiliza Larrainzar para exponer sus ideas. El monólogo del juez tampoco funciona, pues está escrito para ser leído y no dicho a viva voz.

Fernando Eugui logra un protagonista muy meritorio y también están en papel Pili Peletero y Pedro Domench, aunque quede plana su escena pues se desaprovecha la inquietante presencia de un policía interrumpiendo sin saberlo un chantaje. Dani Villodres debe regular el uso de las manos, que subrayan en exceso sus palabras, y Malón debería haber trabajado mejor con Ariane Irure el papel de la muchacha seducida, pues si se expresa con gestos parece sordomuda y no lo es. Si hablara al oído al novio de vez en cuando y acentuara la timidez enfermiza que se intuye en el libreto insuflaría algo de credibilidad a una puesta en escena que apenas la roza y pierde definitivamente con un desenlace totalmente inverosímil.

POR Víctor Iriarte. Publicado en Diario de Noticias de Navarra el lunes 23 de mayo de 2016.