CRÍTICA TEATRO

Musical Peter Pan. Grupo: La Compañía (Pamplona). Autor: James Barrie. Versión y dirección: Laura Laiglesia. Intérpretes: Sara Ariño, Pablo Reclusa, Ana López-Rúa, Sandra Monguilán, Gabriel Pout, Itziar Gaspar, Carla Sala, Marta Smith, Natalia Ganuza, Cristina Florencia, Beatriz Matossi, Silvia Martínez, Daniel Gonzalo, Jesús Aranaz, Nerea Tellería, Borja Elizalde, Blanca Sánchez, Maricarmen Otón, Laura Núñez, Adriana Matossi, Alvaro Smith, Jon Ibáñez, Ania Castillo, Verónica Torras, Griselda Padilla, Naiara Fernández, Nicole Mendoza, Teresa Bueno, Fernanda Zúñiga, Carmen Lacarra, Nerea Antoñanzas, Gabriela Montesinos, María Victoria Marín, Laura Ruiz, David Núñez, Macarena Núñez, Gala Maestre, Andrea Lamorguese, Silvia Zubiri y Laura Núñez. Arreglos musicales: Ana Watson, Juan Marcos Cano y Estanislao Irigoyen. Escenografía: Inmaculada Jiménez (coordinadora) y alumnos de Arquitectura. Lugar: Teatro Museo Universidad de Navarra. Fecha: Sábado 14 de febrero. Público: 650 espectadores, casi lleno.

Peter Pan en un nuevo teatro

El primer espectáculo dramático en el recién inaugurado Teatro Museo Universidad de Navarra tuvo lugar el sábado con la actuación de La Compañía, el grupo de teatro que promueve directamente el servicio de Actividades Culturales del centro de estudios superiores privado y que produce una única obra al año, dirigida al público familiar, con tres funciones en un fin de semana que han reunido a dos mil espectadores. Este montaje se está convirtiendo en tradición y tiene bastante seguimiento entre el personal de la UN desde que se implantó hace unos años aunque, como siempre con todo lo que ocurre por allí, con escaso eco fuera del campus. Esta iniciativa, por cierto no promocionada en la web del Museo, no es la única relacionada con el teatro en la UN, ya que coexiste con media docena de grupos de teatro estables y autónomos, creados por los propios alumnos, que estrenan aproximadamente una docena de montajes cada curso. Conviene, por tanto, subrayar el saludable auge del teatro en la privada en la última década, que puede ahora disponer de un marco adecuado de exhibición, realizada hasta la fecha en condiciones penosas en salones de conferencias de colegios mayores y aulas magnas.

Nunca es tarde si la dicha es buena tendremos que decir –ahí están el nuevo teatro y museo–, aunque la  presencia aquí y ahora del hermoso edificio junto a la variante obliga a preguntarse por el escaso interés mostrado hacia las artes plásticas y escénicas desde la creación de la UN más allá de su teorización (frente a la inversión en instalaciones deportivas hace más de tres décadas, por ejemplo), a diferencia de las universidades europeas y americanas con las que le gustaría ser comparada. Por esa falta de tradición, interés y visión, está por ver qué programación teatral se puede permitir el centro universitario, porque hasta ahora parece centrado en la danza y la música clásica. En cualquier caso, se espera con interés.

El nuevo espacio escénico, hay que decirlo, es una maravilla para las artes escénicas, pues dispone de 700 butacas en dos plantas muy encimadas sobre el escenario, lo que permite una visión y escucha excelentes. Ha sido posible disfrutar de una treintena de intérpretes en esta versión de Peter Pan excesivamente larga y fiel al libreto y novela originales, mucho más crudos que la edulcorada versión popularizada por Disney, que me temo es la que querían ver padres y niños de corta edad que poblaban la platea. Con razón dijo George Bernard Shaw que lo que en apariencia se ofrecía como “un entretenimiento para niños” es en realidad “una obra para adultos”: niños que se niegan a crecer, huérfanos asilvestrados, hadas celosas, adultos atormentados por la falta de amor materno… Con tanto cambio de escena y movimiento grupal, la acción se ralentiza y se vuelve confusa mediada la función, donde se echa en falta la energía que se exhibe en los momentos finales. Las escenas familiares y la presencia de los niños perdidos –con intérpretes que proyectan bien la voz– son los mejores momentos de un espectáculo donde destacan el cuidado vestuario y la variedad de temas musicales. Un esfuerzo ingente de más de 80 personas exhibido, ahora sí, en el marco adecuado.

POR Víctor Iriarte. Publicado en Diario de Noticias el viernes 20 de febrero de 2015.