Como siempre, hago balance de mi año teatral.

– He acudido en 83 ocasiones a ver teatro o danza a lo largo del año, por 108 el año pasado y 134 el anterior, lo que supone un evidente y continuado descenso y no llego a las dos representaciones semanales por primera vez en años. También es cierto que no he podido acudir a varias cosas que me hubieran interesado por estar de viaje y, también en ocasiones, me da pereza acudir a ciertas cosas. Quizá me estoy volviendo más selectivo. Sin olvidar que la crisis se nota y se programa menos.

– En estas 83 ocasiones he visto 91 obras, 90 diferentes (una la he visto dos veces). Ha habido sesiones en que he visto cuatro, tres y dos obras distintas.

– A finales del mes de enero alcanzaré el programa 300 de El Apuntador vespertino y he superado las 2.590 entradas en este blog. He escrito una media de 28 noticias al mes a lo largo del año pasado.

Respecto a lo visto, lo mejor que he visto en Navarra han sido dos espectáculos de danza: Leoncio y Lena, de Les grands ballets canadiens, en Baluarte; y Because we love, de Fueradeleje, en Teatro Gayarre.

Fuera de Navarra: The Andersen Project y Juego de naipes: Picas, de Robert Lepage; This pity she’s a whore, de los británicos Check by Jowl; Nuestra clase, de un polaco de nombre impronunciable dirigida por Carme Portaceli (montaje que luego visitó Navarra) y El traje, último trabajo de Peter Brook.

También me ha gustado Cuento de Navidad, de Ópera de Cámara de Navarra; Yo, el heredero, de Eduardo de Filippo; la ópera La flauta mágica;  y, de los grupos navarros, El idiota, de La Ortiga. Y poco más.

Un año, por lo que se ve, de transición. A ver qué nos depara 2013.