Música: Frederick Loewe. Libreto y letra de las canciones: Alan Jay Lerner. Dramaturgia y dirección: Jaime Azpilicueta. Intérpretes: Paloma San Basilio, Juan Gea, Joan Crosas, Ana María Vidal, José Ramón Henche, Víctor Díaz, Luisa Fernanda Gaona, Enrique Sequero, Conchita Momeñe, Dalila Colombo, Andrés Navarro, Javier Ibarz, Manuel Rodríguez, Aaron Cobos, Adriana Vaquero, Daniel Busquier, Daniel Román, Elena Medina, Irene Olivé, Karmele Aramburu, Manuel Rodríguez, Marc Parejo, Miriam Madrid, Pascual Ortí, Roger Borrull, Rosa Miranda, Yaiza Guimaré, Miguel Cazorla, Carlos Solano, Marchu Lorente, Pepa Lucas. Lugar y fecha: Baluarte, 20-23/09/12.

Correctamente pronunciado

MY fair lady es un clasicazo. Una de esas historias que nos sabemos de memoria, pero que no nos importa que nos cuenten de nuevo. Aunque tengamos que cerrar un poco los ojos para aceptar el tono de imposible cuento de hadas que la envuelve. Aunque la traslación al castellano del peculiar acento cockney de la protagonista suene un tanto artificiosa. En fin, en los musicales, la verosimilitud siempre se tapa un poco con los oropeles del espectáculo. Forma parte de su encanto.

Parece que Paloma San Basilio tampoco quiere olvidarse de Elisa Doolittle. Ya la encarnó en el 2001, con José Sacristán como pareja, haciendo el papel del lingüista doctor Higgins. A este le sucede en esta remozada versión el actor Juan Gea, un profesional también de dilatado currículum, aunque puede que con algo menos de tirón para el público que el mencionado Sacristán. En cualquier caso, poco se le puede reprochar a su labor en este musical. Sus réplicas de misántropo suenan todo lo ácidas que deben ser, y, en la parte musical, está también cumplidor. Me pareció bien también el trabajo de Paloma San Basilio. Siempre es un riesgo afrontar papeles que han inmortalizado estrellas de la talla de Audrey Hepburn, pero supongo que algo parecido habría pensado esta cuando le propusieron el papel que Julie Andrews había popularizado en el musical que precedió a la película. De hecho, ya se encargó Rex Harrison de recordárselo durante el rodaje. En cualquier caso, me parece que San Basilio domina mejor el terreno de la canción que la parte actoral, pero también en este campo compone un personaje apañado.

En conjunto, esta My fair lady me parece una más que digna revisión del clásico. Un musical de muy buena factura, con una escenografía visualmente muy convincente, bien resuelta con pantallas y proyecciones; un recurso en apariencia sencillo, pero que no le resta un ápice de espectacularidad al montaje. Las coreografías no son muy abundantes, porque hay un cierto predominio de los solos, pero cuando las hay, especialmente en las escenas callejeras protagonizadas por Alfred Doolittle, resultan dinámicas y atractivas, bien ordenadas para el relativamente reducido espacio que se deja en el escenario para ese ambiente. Una mención especial, por cierto, para Joan Crosas, que encarna a Alfred Doolittle, al que ya dio vida en la versión de hace once años, cosechando un Max por su interpretación. Crosas eleva el valor de cada escena en la que aparece, aportando el punto justo de comedia sin salirse del tono general. Destacable me parece también la excelente voz de tenor de Víctor Díaz (Fredy Eynsford-Hill). Y la seriedad y el buen hacer de Ana María Vidal, otra veterana de la escena.

My fair lady resulta en conjunto un musical muy bien vestido, y lo digo tanto en el sentido literal, por el excelente vestuario de Salaverri y Di Perna, como desde un punto de vista más metafórico, por lo vistoso y espectacular. Reflexionaba estos días su protagonista sobre la influencia del momento económico en esta clase de montajes. No me agrada terminar este comentario con una nota sombría, pero sí que es verdad que una cierta incertidumbre se cierne sobre el género musical, de reciente y rápida eclosión. Esperemos no asistir a su prematuro canto del cisne.