Navarra se encontraba en 2014 entre las comunidades con menos espacios escénicos estables, con un total de 37, solo por delante de Cantabria, con 28, y de La Rioja, con 14. Asimismo, tenía un nivel bajo de producción escénica, con 63 compañías, por detrás de Extremadura, Baleares, Canarias y Asturias, pero más público que territorios de población similar o incluso superior. Estos son algunos de los datos que arroja el Análisis sobre la situación de las artes escénicas en España, elaborado por Jaume Colomer, que a comienzos de año divulgó la Academia de Artes Escénicas del Estado. Este trabajo, prologado por Jesús Cimarro, recientemente nombrado presidente de la Academia, pretende “señalar las medidas más favorables para las artes escénicas de nuestro país”; pero, sobre todo, “su finalidad más inmediata es la de servir para convocar foros de reflexión y debate sobre qué modelo de desarrollo de las artes escénicas queremos para los próximos años”, dada la cantidad de voces que afirman que “el modelo de desarrollo de la actividad teatral, implantado hace 40 años está caduco”. Este informe analiza datos del período 2003-2014.

“En el ámbito de la gestión y la producción teatral es indispensable ir más allá de los trabajos de campo existentes”, señala Cimarro en la introducción. El productor recuerda que en los últimos 30 años “hemos sido espectadores de un cambio radical en la manera de hacer, de producir, de comunicar, debido tanto al contexto en el que trabajábamos como a los logros y avances que conseguíamos sectorialmente, en especial a través del asociacionismo”. Y advierte de que los logros “a veces no son eternos” y “hay que defenderlos”. Una forma de hacerlo son este tipo de estudios, que sirven de “herramienta frente a las agresiones que suponen políticas fiscales dolosas y políticas culturales equivocadas”. Y es que, “los gobiernos deben apoyar las artes escénicas por su aportación al PIB, pero también porque están exentas de utilidad, son el fin en sí mismas”, dice, y defiende que los datos y conclusiones que aporta este informe bien pueden utilizarse para “consensuar un modelo de desarrollo adecuado al nuevo contexto”.

LA NECESIDAD DE UN NUEVO MODELO. Lejos de realizar un nuevo trabajo de campo como los que se publican cada año, los autores de este análisis apuntan que el estudio de indicadores se ha hecho a partir de datos del período 2003-2014 “publicados por instituciones solventes”, como el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y la SGAE, aunque también la Associació d’Empreses de Teatre de Catalunya, “sin menospreciar las estadísticas territoriales que publican algunas comunidades autónomas”.

Sin embargo, los redactores subrayan que lo más reseñable de este estudio es que se ha incidido en el análisis transversal de todos los datos generados sobre el sector en la última década, elaborando, finalmente, una síntesis diagnóstica, aplicando primero una metodología DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) y, después, una matriz causa-efecto. “El objetivo es visualizar los factores que son favorables al desarrollo del sector y los que habría que subsanar o cambiar”, agregan. Y, como ejemplo, cuentan cómo en la sesión del grupo de contraste realizada con expertos “se centró el debate en argumentar la necesidad de un cambio de modelo de desarrollo que tuviera en cuenta la diversidad de ámbitos de actividad que conviven en el sector como, por ejemplo, las prácticas sociales de artes escénicas y la producción de bienes y servicios, ya sea en una economía de mercado o en una economía social”.

Asimismo, durante la elaboración del dossier surgió un tema recurrente, como es “la necesidad de revisar el papel del Estado en el nuevo contexto teniendo en cuenta el grado de desarrollo del sector y su capacidad de dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos, ponderando si sigue siendo necesario que el sector público preste servicios escénicos directos o si sería conveniente que se centrara en sus funciones reguladoras y de fomento”.

ALGUNAS CIFRAS. Entrando en los datos concretos, el Análisis sobre la situación de las artes escénicas en España comienza por las cifras estructurales, es decir, las referidas a los espacios escénicos. En números globales, en 2003 había 1.452 espacios escénicos en el Estado, y en 2014, 1.546. La mayoría estaban en Cataluña, Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana, sumando el 62,3% del total. Por territorios, el documento solo arroja datos de 2014, cuando Navarra tenía 37 espacios estables, de los que 19 eran públicos, 13 privados y 5 mixtos o no consta. En cuanto a los festivales teatrales, en 2003 había 766 en España y 654 en 2014, y la Comunidad Foral tenía 25 en 2003 y 14 en 2014.

Respecto a las compañías, Navarra no sale muy bien parada, ya que tenía 63 en 2014, lo que la sitúa por debajo de las 100, lo que para este estudio supone tener “un bajo nivel de creación y producción escénica”. Lideran este apartado, con más 400 compañías, Madrid, Cataluña y Andalucía, seguidas, en una segunda categoría (entre 100 y 400), Comunitat Valenciana, Galicia, Castilla y León, la CAV y Castilla-La Mancha. Por último, Extremadura (81), Baleares (77), Canarias (74), Asturias (69), Navarra (63), Murcia (59), Cantabria (28), La Rioja (17), Melilla (2) y Ceuta (1). Queda claro que, salvo excepciones, estos parámetros tienen mucho que ver con la población de cada región.

En 2003 se ofrecieron en el Estado 51.354 funciones de teatro, frente a las 48.610 de 2013. Por zonas, Navarra acogió 865 en 2014, lo que supone un 1,4% en el conjunto de CCAA. La que más programó fue Madrid, con 15.047 (31%), antes que Cataluña (10.579, 21,8%). La CAV, por ejemplo, alcanzó las 2.539 funciones, un 5,2% del total. En términos de público, en 2013 hubo 12.852.809 espectadores en general, siendo en el territorio foral de 188.432, lo que lo sitúa por delante de comunidades con más habitantes y compañías locales, casos de Extremadura, Baleares, Canarias o Castilla-La Mancha. Esto se refleja también en la recaudación, que en 2013 fue para Navarra de 1.644.000 euros, siendo en la CAV de 11.062.000. Por último, el precio de las entradas de artes escénicas osciló entre los 13,33 euros en 2008 y los 15,62 en 2013, y en Navarra era de 7,37 en 2008 y de 8,72 euros en 2013.

DAFO. Después de analizar las cifras y los estudios sobre el sector elaborados en la última década, este informe integra una síntesis diagnóstica en un cuadro DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades).

Debilidades.  Catálogo de productos escénicos poco diversificado y de calidad relativa; baja innovación por supeditación del talento creativo a las necesidades de explotación a corto plazo; escasa visibilidad social; bajo reconocimiento social del valor de las artes escénicas; escasa presencia en el sistema educativo; tasa reducida de penetración social; gestión rígida de los espacios públicos; sobreproducción; atomización y polarización empresarial; inexistencia de tercer sector; mercado interno fragmentado; escasa presencia en mercados exteriores; falta del reconocimiento jurídico del derecho de acceso a las artes escénicas; dificultades financieras y dependencia del sector público; baja especialización de la gestión profesional y déficit tecnológico y ausencia de información interna y de planificación estratégica.

Amenazas. Cambio de hábitos en el tiempo libre; persistencia de reducción de las políticas de gasto público y competencia intensa de la oferta de ocio digital.

Fortalezas. Patrimonio escénico rico, diverso y de calidad; talento creativo; oferta amplia de espectáculos; públicos con hábitos escénicos regulares; red extensa y funcional de infraestructuras escénicas de titularidad pública; existencia de tejido empresarial; estadio avanzado de profesionalización artística y técnica; tenacidad, resiliencia y optimismo y conciencia de sector y vertebración asociativa

Oportunidades. Incremento del gasto per cápita en un escenario post-crisis; desarrollo de internet, de las redes sociales y de comunidades virtuales de intereses; presencia en el mercado de plataformas CRM y ticketing especializadas en artes escénicas; desarrollo del crowdfunding; transversalidad social de las artes escénicas y apertura de nuevos espacios no institucionales con actividad escénica.

ALGUNAS REFLEXIONES.

Confusión. El análisis destaca que es preciso identificar los ámbitos de actividad del sistema escénico, ya que existe una “notable confusión” en torno a tres ejes: entre lo público y lo privado; entre las artes escénicas concebidas como práctica social y como actividad económica y entre los agentes que operan en una economía de mercado y los que operan en una economía social.

El papel del sector público. Este informe subraya que hay que definir el papel del Estado: ¿Debe ser aún regulador, promotor, financiador, proveedor y productor de servicios escénicos?