CRÍTICA TEATRO

LAS ESTRATEGIAS DEL CAOS. Grupo: Oyenga Teatro (Madrid). Autor: Joaquín Navamuel. Dirección: Carlota Romero. Intérpretes: David Huertas, Leire Lareki, Daniel Jumillas y Marta Reig. Lugar: Escuela Navarra de Teatro. Fecha: Domingo 1 de mayo. Público: 150 espectadores, media entrada.

Prometedor debut

La joven compañía madrileña integrada por cuatro ex alumnos del Laboratorio de William Layton presentó en Pamplona su primer trabajo, estrenado en 2015. La presencia de la navarra Leire Lareki en sus filas hizo que hubiera mucho público en el patio de butacas, deseoso de ver los progresos de una joven actriz que se inició en la interpretación en la UPNA. Tras licenciarse en Magisterio y Psicopedagogía, decidió dar el salto y probar fortuna en esta difícil profesión. Seguro que los espectadores que la conocían se llevaron una agradable sorpresa, pues Leire muestra grandes cualidades interpretativas, mucha naturalidad y notable expresividad. Se le augura un prometedor futuro.

Se nota que hay muy buen feeling entre los cuatro integrantes, pues exhiben una gran conjunción en una pieza que discurre como un reloj y no deja espacio a respiros. El montaje, brechtiano, enlaza las escenas propiamente naturalistas con otras que combinan farsa, coreografías musicales y el discurso político con sugestivas dosis de ironía. Los actores permanecen todo el tiempo sobre un escenario limpio, sin ningún decorado, y sus límites los van marcando las cuatro sillas y el suelo ajedrezado donde parece jugarse una partida a cara de perro. La directora peca de exceso de ideas y no logra dar unidad a todo el conjunto, pero acierta al dejar todo el peso a los intérpretes, lo cual sin duda es una excelente gimnasia actoral y una buena carta de presentación. Además de Leire, destacó el trabajo interpretativo de David Huertas, el actor encorbatado o “afín al sistema”, como lo define el programa de mano. Daniel Jumillas y Marta Reig, que también logran momentos empáticos, mostraron problemas con la dicción y proyección de voz, aspecto que deben trabajar para no ensuciar las escenas más tensas.

El principal lastre de este primer montaje de Oyenga es que Las estrategias del caos, dicho mal y pronto, es un texto torpe, un primer borrador que necesitaría de varias reescrituras. Amaga varios temas pero no profundiza en ninguno y abre numerosas vías que deja sin cerrar. En uno de los discursos frente a los espectadores, los personajes dan información y citan la fuente: Wikipedia. En eso no engaña el autor, pues todo parece escrito de oídas, con lo que la verosimilitud se resiente. Cuatro jóvenes esperan la respuesta a un proyecto de cooperación en Guinea Ecuatorial que han presentado al Gobierno. Cuando se lo conceden, crean la empresa (primera vez que la credibilidad chirría, pues las cosas no funcionan así con la Administración). Aun así, esas escenas iniciales son lo mejor de la función. El espectador sigue con interés a cuatro caracteres muy diferentes porque intuyen roces a la hora de trabajar juntos, a lo que se añaden complicaciones sentimentales (aunque luego nada aporten al drama). El problema es que el autor se pone estupendo (se ve que le gustó El jardinero fiel) y en vez de profundizar en esa cotidianeidad decide complicar la trama con secuestro policial y torturas en el país africano, mezclados con oscuros intereses de multinacionales malísimas manipulando el proyecto. Ahí es cuando el espectador desconecta porque,  además de manida, esta nueva variante está mal contada y no ayuda a la verdad interpretativa. Oyenga es el grito de mujeres africanas al dar a luz y de un elenco recién nacido al que habrá que seguir con atención.

POR Víctor Iriarte. Publicado en Diario de Noticias el miércoles 4 de mayo de 2016.