CRÍTICA TEATRO

DIEZ NEGRITOS. Compañía: Grupo Arte del Colegio San Cernin (Pamplona). Autora: Agatha Christie. Dirección: Ana Irala. Intérpretes: Sofía Navarlaz, Javier Rodríguez, Aitana Ducay, Tamara Garcés, Martina Ducay, Raphael Pierron, Arianne Larraza, Pablo Jauregui, Carmen Goyena, Amaia Redín y Ane Albizu. Lugar: Casa de la Juventud. Fecha: Martes 19 de abril. Público: 140 espectadores, lleno.

Juicio sumarísimo

A la calidad de la actividad cultural de Pamplona se la podrá calificar de muchas formas, pero desde luego sobre la cantidad no cabe otro adjetivo que el de abundante, por no decir excesiva. Y que dure. A la abigarrada cartelera teatral de la primavera se le ha sumado una semana de teatro joven más ambicioso de lo habitual, con siete funciones de lunes a domingo, para festejar el décimo aniversario del ciclo. Lástima que esos dos lustros no hayan sido suficientes para que los responsables de la Casa de la Juventud apuesten por dignificar la propuesta, por ejemplo molestándose en elaborar siquiera un modesto programa de mano, que es lo menos: saber qué se va a ver y quién actúa. Supongo que es todavía más difícil cuadrar el horario de las representaciones, para evitar que coincidan con ensayos de música rock que se escuchan en la sala, pero no estaría de más que aspiraran a ello.

La práctica teatral en los centros educativos como extraescolar está cada vez más extendida, aunque no generalizada, lo cual no deja de ser un contrasentido pedagógico de primer orden. Es difícil saber si necesitaremos en la vida usar integrales y derivadas, entender la tabla de elementos o saber de qué país es capital Paramaribo, pero lo que es seguro es que todos los estudiantes tendrán un día que superar la vergüenza de hablar en público, enfrentarse a un auditorio y disponer de recursos orales para convencer a alguien de algo, y esa práctica sigue sin estar reglada. Por no hablar de la escuela de ciudadanía que supone el diálogo dramático: escuchar antes de tomar la palabra y respetar el turno del otro, definitivamente perdida en este país, tal y como se puede comprobar a diario en los debates televisivos.

El grupo Arte se presentó ante el público con una adaptación al teatro de Diez negritos, la novela policíaca más vendida y leída de la dama británica del género, Agatha Christie, autora de dos obras de teatro míticas: La ratonera, más de 60 años en cartel, y Testigo de cargo. Diez personas son invitadas a pasar un fin de semana en una mansión ubicada en una pequeña isla, a la que se accede sólo por barco. No conocen a su anfitrión más que por vagas referencias y el mayordomo y su esposa, ama de llaves, ni siquiera eso, pues han sido contratados para la ocasión. Una vez instalados, son obligados a escuchar una grabación en disco en la que a todos se les acusa de un crimen por el que nunca fueron condenados. Al principio lo niegan, pero luego irán confesando al ritmo en que van siendo asesinados, siguiendo el patrón que marca una popular canción infantil: “Diez negritos se fueron a cenar, uno se ahogó y quedaron nueve…”.

Los estudiantes, alguno jovencísimo y muy empático, demostraron dominio del texto y trataron de dar carácter a sus personajes, muy diferentes entre sí, pues hay médicos, militares, jueces, policías, institutrices… En general, estuvieron mejor en escenas a dúo o monologadas que en las grupales, muy estáticas. Deberán trabajar más las reacciones de escándalo o ira en el momento de ser acusados, y de temor conforme se producen los crímenes, en la búsqueda de la credibilidad. Y la directora deberá organizar mejor el mobiliario para no entorpecer entradas y salidas. El público disfrutó con el sorprendente desenlace.

POR Víctor Iriarte. Publicado en Diario de Noticias el miércoles 27 de abril de 2016.