CRÍTICA TEATRO

F 451. Autor: Ray Bradbury. Adaptación de Gemma Garzás de Fahrenheit 451. Dirección: Gemma Garzás. Intérpretes: Miriam Santillana, Daniel Román, Isa Prudencio, Yolanda Pérez-Cejuela, María Gómez, Irene del Álamo, Álvaro Arribas, Raúl Bustos, Tristana Martínez, Ana Justo, María Sánchez, Ángela Soria y Esther Covisa. Iluminación: Alberto Álvarez. Música: María Gómez. Vídeo: Sergio Jiménez. Compañía: Malastirpe Teatro Universitario (Castilla-La Mancha). Lugar: Casa de la Juventud. Fecha: Sábado 3 de octubre. Público: Veinte espectadores.

Quema de libros: manual de uso 

La sobreabundante programación de artes escénicas que vivimos en otoño no parece tener límites en su expansión. Ahora, Mutis por el foro, la gran factoría teatral surgida por iniciativa estudiantil en la Universidad de Navarra, ha decidido enriquecerla con un ciclo de teatro universitario otoñal. Realizado en la Casa de la Juventud, se suma al que organiza la UPNA todos los años en primavera, coincidiendo con otro de los picos altos de la cartelera pamplonesa. El programa favorece el intercambio y es bueno para la dinámica de los grupos, aunque los espectadores tienen dificultades para disfrutar del trabajo que se hace en los diferentes campus, al solaparse con otros eventos.

Mutis por el foro invitó en esta primera edición a grupos de Vitoria, Barcelona y La Rioja, además del castellano-manchego que nos ocupa. Fue una suerte que programara esta función al mediodía del sábado de un intenso fin de semana, pues era a priori el título más atractivo de los ofrecidos.

Y no defraudó. 451 grados Fahrenheit es la temperatura a la que arde el papel. La novela de Ray Bradbury presenta un futuro desolador donde el cometido de los bomberos es quemar los libros, pues la lectura genera insatisfacción y eso es peligroso en una sociedad abotargada. La protagonista maneja el fuego con solvencia hasta que empieza a dudar de la falsa felicidad que se le ofrece cuando es obligada a arrasar una biblioteca clandestina con su propietaria dentro. Se guarda un ejemplar. Y lo esconde. Y comienza a leer.

Malastirpe sigue el guión de la excelente adaptación al cine de François Truffaut y lo traslada muy bien al teatro: atina moviendo a los actores por el patio de butacas, cambia escenarios de forma dinámica y con media docena de efectos sencillos logra momentos impactantes. Textos y vídeos actualizan el mensaje a nuestro contexto: un personaje reflexiona sobre a qué nos conduce la desaparición de las humanidades en la enseñanza mientras los “grandes hermanos” ocupan cada vez más minutos en la pantalla. El final apocalíptico completa la metáfora. Hay formas más sibilinas hoy de destruir la cultura. Aun con sus limitaciones como intérpretes, los manchegos logran transmitir las inquietantes emociones que la obra sugiere, así como el momento más poético: la aparición de los rebeldes que memorizan los clásicos para evitar su desaparición. Destacó el vestuario por imaginativo.

POR Víctor Iriarte. Publicado en Diario de Noticias el domingo 11 de octubre de 2015.