Crítica de teatro de Víctor Iriarte en Diario de Noticias de «Gigante», de Pedro Zabalza, teatro sanferminero en el Gayarre
CRÍTICA TEATRO
GIGANTE. Autor: Pedro Zabalza. Dirección: Pedro Izura. Intérpretes: Pablo del Mundillo, Eva Barandalla, Pedro Zabalza, Pedro Izura y los miembros de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos Fermín Cariñena, Enaut Andueza, Víctor Barandalla, Mari Ganuza, Xabier Garín, Iñaki Iribertegui, Ibon Laspeñas, Patxi Olabarrieta y Javier Zabalza. Txistu: Aitor Urkiza. Diseño gráfico: Ion Martinkorena. Producción ejecutiva: Quiero Teatro (Navarra). Lugar: Teatro Gayarre. Fecha: Jueves 17 de septiembre. Público: Lleno.
Gigantitis
Lo dice un intérprete durante la función. Pamplona viene padeciendo un agravamiento de su “gigantitis”, la enfermedad local, incurable, de transmisión parental, cuyos síntomas más evidentes son los cambios de humor repentinos, accesos febriles en julio y esporádicos a lo largo del año. Ello explica las tortas de los últimos días para asistir a la función, provocada con afán malévolamente iatrogénico por Pedro Zabalza al ganar la convocatoria de textos teatrales sobre las fiestas de San Fermín.
Poco estudiado por nuestros sociólogos, tiene mucha miga el componente anarco radical que sostiene nuestras fiestas, organizadas en su núcleo esencial de espaldas a cualquier autoridad competente. Es un carpintero quien decide cuando empieza el encierro, está al margen de regulaciones administrativas la música que suena en la calle, nadie nombra a los porteadores del Santo en la procesión ni es votado el discreto sanedrín de arcontes que decide qué toros y toreros pisan el ruedo. Para subrayar esta anomalía maravillosa, hasta La Pamplonesa, que se nutre de dineros municipales, se permite el lujo de reírse de los señores concejales cuando ataca El asombro de Damasco en las dianas (“Soy Alí-Mon, soy el Cadí, lo único bueno que entre la turba de funcionarios existe aquí…”). Ningún poder real o fáctico ha logrado penetrar en estos reductos, sus miembros se captan por cooptación y no hay legislación que le meta mano (bueno, Hacienda un poco y por eso sale de la función bien servida). Esperemos que siga así por muchos años, porque la cosa funciona como un tiro. Está entre los indudables méritos de Gigante que nos haya desvelado los entresijos y secretos de una de estas cofradías señeras, la Comparsa de Gigantes y Cabezudos.
Pedro Zabalza, uno de los alumnos que mejor aprovechó los cursos de escritura teatral del Gayarre, con un conocimiento enciclopédico del teatro, olfato fino –fue crítico teatral de este periódico durante una década– y espectador voraz, es hoy uno de nuestros mejores dramaturgos. Ha escrito una obra en apariencia sencilla pero de estructura compleja, con apuntes pirandelianos y deliciosos guiños. Ha tenido la originalidad y el coraje de escribir un texto sanferminero en el género del melodrama y lo sirve excelentemente pautado, soltando en pequeñas dosis la información para lograr un interés creciente, un clímax medido y un desenlace ternurista en la historia del comparsero frustrado, encerrado en Autobuses a punto de comenzar la fiesta, y que amenaza con quemar las figuras.
No ayudó al disfrute del texto el variopinto y ruidoso público, con muchos niños de corta edad, que esperaba un tono más festivo. Los miembros de la Comparsa, en un esfuerzo sobresaliente y bien dirigidos por Pedro Izura, representaron su papel con desparpajo y soltura, cantaron con rasmia y lograron momentos muy emotivos en la velada. Por el contrario, Pablo del Mundillo estuvo impostado, se movió torpe en escena y pisó las réplicas de Fermín Cariñena, mucho más seguro con su texto, servido desde un palco. El personaje de Txarli quizá hubiera requerido de un intérprete más dúctil y con más registros. El protagonismo en escena, como era previsible, se lo llevó Josepamunda, la reina europea. Su magnetismo, por eso de la gigantitis que ya es pandemia, es imbatible.
POR Víctor Iriarte. Publicado en Diario de Noticias el domingo 20 de septiembre.
Simplemente quería preguntar al Crítico si realmente estuvo en la obra, por que yo……., yo lo que es, vi, y percibí otra cosa. Muchas gracias.
Sí, claro que estuve. No se escriben críticas sin haber visto los espectáculos, acudido a los conciertos, leído los libros. Que yo sepa.
Pues…………., esta claro que tenemos otra percepción totalmente distinta de la obra, cosa que puede ser normal, ya que yo la pude ver de un modo más objetiva, sin tener nada personal contra nadie, como evidencia tú critica. Pudo haber otras muchas cosas que criticar, pero precisamente la actuación de Pablo Del Mundillo…….., donde le interrumpen en más de 4 ocasiones, y apenas le dejan centrarse en el papel….., no se yo si es buena la critica con frases como «torpe en escena», ó «impostado». Pero bueno, para gustos los colores.
En mi opinión, y conociendo el mundo «friki»( con muchisimo cariño) de las comparsas Pablo estuvo genial. En ésta opinión coincidimos muchos relaccionados con este mundo. Viéndolo en escena te sacaba una sonrisa, porque de verdad supo plasmar al 100% ese personaje enfermizo en el que se puede convertir una persona a la que se le escapa de las manos el amor por «el mundillo». Las perdonas que desconocen todo este maravilloso «mundillo» no se que opinión tendrán, pero de verdad, los de dentro ( y no solo los comparseros de Pamplona) fué lo primero que comentamos. » Ha clavau al comparsero colgau». De verdad, mis felicitaciones a estos artistas