Los programas del corazón acaparan los índices de audiencia en España, lo cual “indica un poco la sociedad que tenemos”, en ocasiones estimulada por artistas “que se duermen y entretienen con tonterías a la capa más elemental y boba”, analizó José Luis Alonso de Santos, escritor, dramaturgo y presidente de la Academia de las Artes Escénicas.

Alonso de Santos no menosprecia esa clase de ocio, pero sí lamenta su gran incidencia social en detrimento de la cultura, a costa “de las cosas que nos ayudan a pensar, vivir, a ser mejores porque no somos perros tendidos al sol”. “La visita a una catedral o la lectura de un libro nos iluminan. ¿Qué pasaría si a la historia de la humanidad le quitamos las pirámides de Egipto, los libros de Cervantes y las pinturas de Velázquez?”, se preguntó ayer en Urueña (Valladolid), en el centro e-LEA de la Villa del Libro, que acoge el I Congreso de las Academia de las Artes Escénicas. Convencido de que “hay que cambiar los objetivos”, Alonso de Santos cree que las instituciones públicas y los responsables políticos tienen que crear el “caldo de cultivo” preciso para que los creadores “realicemos nuestra tarea, para que cumplamos nuestra obligación con la sociedad”.

A ello no contribuyen precisamente los impuestos “terribles y abusivos” como el 21% del IVA cultural que, en su opinión, condicionan las producciones, encarecen los espectáculos y dificultan la creación frente a otras realidades como el fútbol y la industria pornográfica, ha puesto como ejemplos, que no tienen ese gravamen tan acusado. “No se trata de un problema de egoísmo personal nuestro, de los artistas, sino de ayudar a que prosperen las cosas que nos ayudan a ser mejores y que cuidan del imaginario de la sociedad”, insistió el autor de piezas teatrales como Bajarse al moro, La estanquera de Vallecas y Pares y Nines.

Por esta razón, de Santos considera “ilógico” que se mantenga el IVA cultural cuando, a pocos meses de las próximas elecciones generales, “todos los partidos menos el PP han firmado un compromiso para su erradicación”.