«No hablo de mis hábitos sexuales ni religiosos. Demasiado íntimo. Rechazo hablar de mí porque siempre he tratado de borrar unas posibles instrucciones de uso sobre mi obra. Lo mismo que con esta ópera. Si las doy, robo al espectador la posibilidad de interpretar. Rechazo por sistema preguntas que puedan servir para explicar lo que hago. Y la religión, por supuesto, serviría para eso. Hay que mirar la obra y confrontar con ella, no con el creador. Sería idiota. Cuando leo un libro o veo una película no quiero saber nada del autor. Así permanezco autárquico».

«Tengo una reputación de director a quien hay que temer. Pero hago películas realistas que hablan de cosas serias. Estamos muy acostumbradosaver mentiras sosteniendo que todo irá bien. Yo no soy un hombre brutal. El público va a ver otras películas más violentas, pero hay un contrato que le dice al espectador que no es la realidad. Por eso el cine americano tiene tanto éxito. El rato que pasen será intenso, pero luego todo estará bien o no nos afectará. Yo hago películas que conciernen al espectador. Si no me parece una pérdida de tiempo».

Michael Haneke, director de cine, entrevistado en El País por Daniel Verdú. 16-2-2013