El sábado 13 de enero falleció en Pamplona a los 89 años la actriz aficionada Carmen Piedrola, una de las fundadoras de Teatro Talo en 1980. El funeral se celebró el domingo en la parroquia San Vicente de Paúl, abarrotada de familiares, vecinos, amigos y compañeros de tablas de la entrañable intérprete, cuya muerte deja un hueco importante en la escena aficionada de la Comunidad Foral.

Durante las horas siguientes a su deceso, quienes la conocieron dejaron preciosos testimonios en las páginas de Facebook de Talo y de la Federación de Teatro Amateur de Navarra, compartiendo con cariño un sinfín de recuerdos de Piedrola, bien referidos a las innumerables funciones que coprotagonizaron junto a ella o a los cortometrajes que rodó con estudiantes de la Universidad de Navarra, las tertulias, sesiones de ensayo o reuniones de teatreros a las que no faltaba.

Carmen Piedrola nació el 5 de diciembre de 1925 en Madrid. Allí sus padres trabajaban en un teatro y su primera cuna fue la tapa de un baúl que se ubicaba en los camerinos, donde llegó a mecerla Imperio Argentina. Seguramente ahí le picó ya el “venenillo” de la escena, como ella misma decía. Durante la Guerra Civil, la dejaron con un tío en Pamplona, ciudad a la que regresó al cumplir los 17 años y tras la muerte de su padre. Aquí se casó y trabajó en la joyería familiar hasta que comenzó a tener hijos, 9 en total.

La dedicación a la familia no impidió a Carmen cultivar su pasión por el teatro en espacios como el OSCUS de Navarrería, por ejemplo, donde en la década de 1970 escribió y dirigió su primera obra con un grupo de mujeres al que en 1980 se incorporaron hombres. Fue el germen de Talo, con la que desde entonces y hasta 2011 estrenó más de 40 obras. Se retiró con Las chicas del calendario, una nueva comedia. Y es que para Carmen no había “nada más bonito” que “ver cómo la gente sale de tus funciones con una sonrisa en la boca”. En 2013 fue reconocida por la Federación por su labor fundamental en el desarrollo del teatro aficionado en Navarra.