Ortzadar Euskal Folklore Elkartea estrenará el sábado 30 de junio en el Teatro Gayarre un espectáculo de danza, música, canto y poesía teatralizada en euskera sobre la Conquista de Navarra de 1512 y su anexión a Castilla, con el título de …librea ninçana.

Cerca de 50 personas están involucradas en la obra, cuya idea comenzó a gestarse en febrero de 2011 y que lleva ensayándose desde septiembre. Aitor Subiza dirige el espectáculo, que busca provocar emociones y sensaciones. «Es imposible contar 19 años de batallas, ataques y contraataques en una hora. No cabe en un escenario», dice el director. Por ello, …librea ninçana va más a lo poético y simbólico que a lo realista o costumbrista del episodio histórico que centra su argumento: la invasión del Reino de Navarra por las tropas de Fernando el Católico, de la que se cumple este año el quinto centenario.

El título del espectáculo se inspira en el primer verso de un poema de amor vizcaíno del siglo XVI,Catigatu ninduçun librea ninçana, como alusión a que «el amor es lo que nos redime de la violencia».

En pos de esa «efectividad de lo pequeño», el montaje huye de lo ampuloso, de las batallas multitudinarias en campos enormes, de los ruidos de espadas y galopes… y busca cobijo en la casa que siente la ausencia de quien ha partido a la guerra en defensa de su tierra y no vuelve. En la silla vacía, en un suspiro. En esas vivencias cotidianas consecuencia de cualquier guerra.

…libre ninçana es también un homenaje a la mujer que ha sufrido el castigo de la guerra, tanto en carne propia como en la pérdida de hijos y compañeros. Un castigo al que se le ha ido añadiendo el de la desmemoria, ya que nunca ha figurado como protagonista en la historia.

El lenguaje de la danza tradicional está en la base del montaje, pero aquí se reinventa al servicio de la expresividad, dando lugar a composiciones nuevas. Y lo mismo la música: se parte del género tradicional-folklorico, pero actualizando sonidos o viajando entre épocas. A la danza y la música se unen una parte cantada, textos poéticos y una atmósfera atemporal que lo envuelve todo.

La obra se estructura en 5 actos: el primero muestra la normalidad de antes de la guerra, en un entorno festivo de verano que se ve truncado por la presencia de las tropas del duque de Alba y la incertidumbre; el segundo se centra en la ausencia que se da en toda guerra; el tercero, inspirado plásticamente en La Piedad de Oteiza de Arantzazu, refleja el dolor de la batalla; el cuarto acto es una puesta en común de los recuerdos de la guerra; y por último, el quinto, la exorcización del dolor a través del baile.

Aitor Subiza (Pamplona, 1982) estudió Dirección de Escena en Madrid, y trabajó con una beca en la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Es profesor en la Fundación Psico Ballet Maite León, y bailarín de una de sus compañías, así como codirector del grupo de teatro-danza MovimientoEnero. Fue mimbro de Ortzadar. En su opinión, ha tenido dos retos: «Huir de la tentación de dar una clase de historia con un lenguaje teatral ortodoxo; y por otro, tratar de utilizar elementos de la danza tradicional, que no es narrativa, para contar una historia, un cierto argumento, sin recurrir a tópicos como hacer una danza de espadas para simular una batalla, por ejemplo».

En el espectáculo participan, entre otros, Lohitzune Arana, Marina Iborra, Jaione Ibero, Joseba Andueza, Iñigo Lalueza, David Azanza y Pablo Goini; de pie, Edurne Ibero, Ainhoa Beloki, Amaia Zubiria, Miriam Larumbe, Ander Zudaire, Aitziber Nantes, Amaia Kuntxillos, Eduardo Ansorena, Ortzadar Platero, Aitor Subiza, Nekane Santos, Mikel Otxotorena, Mikel Lasarte, Ana Telletxea, Mikel Petrirena y Josu Larrea.