Los alumnos de tercer y último curso de la Escuela Navarra de Teatro estrenan este viernes su montaje de fin de carrera, El tiempo y los Conway, de J. B. Priestley, una historia dura sobre los sueños incumplidos y los estragos que provoca el paso de los años en una familia. Se trata de un montaje dirigido por Joan Castells, exdirector del Institut del Teatre de Barcelona, que también se representará el sábado 21, domingo 22, viernes 27, sábado 28 y domingo 29 de mayo, a las 20.00 horas, con entradas a 8 euros.

Castells, viejo conocido de la Escuela, ha escogido este título de J. B. Priestley «por su dificultad actoral». «Tiene unos personajes muy complejos tanto por su comportamiento como por la evolución que experimentan a lo largo de la obra», de manera que para los jóvenes de la ENT es todo un reto y una oportunidad. El profesor también eligió el texto por su «contemporaneidad». «Priestley la escribió en 1937, pero parece que lo hizo ayer mismo», y es que El tiempo y los Conway habla de la crisis de bienestar en una familia y cómo esto va a afectar a sus relaciones, que bien podría compararse con la situación están atravesando tantas familias hoy en el Estado.

La obra atraviesa dos épocas. En el primer acto es 1919, acaba de terminar la I Guerra Mundial y «parecía que el bienestar se podía recuperar, pero también la especulación y los intereses económicos». El segundo periodo retratado es 1939, al borde de la II Guerra Mundial. «En la obra hay un juego muy interesante de tiempo», explica Castells. En concreto, en el primer acto se está celebrando el 20 cumpleaños de Kay, una de las hijas de la familia; en el segundo acto se presenta a los mismos personajes veinte años después y, en el tercero, se termina la celebración con la que empezaba la historia. Esto genera cierta inquietud y «expectación» en el público, «que conoce el devenir de los personajes antes de que ellos mismos lo sepan».

Esta estructura fue revolucionaria en la época en la que se estrenó la obra, por cuanto supone una reflexión sobre el paso del tiempo, pero también porque Priestley se inspiró en parte en las teorías de J. W. Dunne, que defendía el carácter premonitorio de los sueños y que el tiempo es «multidimensional», de modo que «los acontecimientos existen antes de que ocurran en el sentido convencional, y nosotros avanzamos hacia ellos, igual que podemos avanzar hacia un objeto físico o movernos en torno a él».

La obra también es compleja en su puesta en escena, ya que parte de la historia discurre dentro de un armario y el resto, en ninguna parte. Sin embargo, los 90 minutos que dura «se harán cortos», dice Castells, para quien éste es «uno de los grandes textos del siglo XX».

El tiempo y los Conway cuenta con música en directo, a cargo del acordeonista Juan Cazcarra, alumno del Conservatorio Superior, y del actor Iker Huitzi, que ha creado una melodía para cada personaje. Completan el elenco de la obra Fermín Cariñena, Nerea Domínguez, Itziar Elgarrista, Xabier Flamarique, María Gurrea, Patricia Peces, Con Trujillo, Ainara Unanua y Jaione Urtasun.