El Festival Teatro Gayarre programa hoy El desarrollo de la civilización venidera, versión de Casa de muñecas adaptada y dirigida por Daniel Veronese, uno de los creadores más interesantes del panorama mundial.

La entrada cuesta 17 euros y quedan algunas a la venta.

El director argentino trata de superar la pregunta que todo el que conozca la obra de Ibsen se hace al llegar al final: ¿Volverá Nora? Veronese escribe justo cuando Nora ha dejado de bailar y ha decidido marcharse. Y traslada el argumento al último día de una pareja a punto de estallar. En cierto sentido, se toma la misma libertad que se tomó Ingmar Bergman en su obra Escenas de la vida conyugal. Diario de Noticias ofrece una interesante entrevista. Y resumo alguna de las ideas de Veronese.

Me gusta meterme con los clásicos en general. No sé de antemano qué voy a sacar de ellos. Confío en que si se convirtieron en clásicos algo trascendente debe de haber en su forma y contenido. Particularmente, después de trabajar en esta obra creo que el tema de lo femenino-masculino en relación al matrimonio aún sigue sin resolución.

Respecto al título, El desarrollo de la civilización venidera es el manuscrito que quemaba Hedda (de Hedda Gabler, otra obra de Ibsen). Y me pareció apropiado como título para Casa de muñecas. Creo que mi versión pertenece menos a la lógica de las palabras y más a la comunicación de los cuerpos y las emociones.

La mujer en los tiempos de Ibsen aún no tenía su lugar. Hoy se lo ganó, pero todavía sigue estando bajo la lupa, debe demostrar que está a la altura de las circunstancias. En mi obra trato de mostrar a los personajes con las reacciones, especulaciones y respuestas que darían hoy los matrimonios cuando entran en crisis.

Los actores son los verdaderos vehículos de la acción. Siempre voy a preferir buenos actores y una obra mediocre y no actores mediocres con una buena obra.

Me gustan los actores con una cuota de miedo e inseguridad importante, pero que esa incertidumbre los haga caminar, aunque sea a tientas.