El Teatro Gayarre hará coincidir este viernes, día 27 de marzo, la celebración del Día Mundial del Teatro con el estreno de Casa de muñecas, de Henrik Ibsen, un montaje dirigido por Miguel Munárriz que, después de representarse nuevamente el sábado en Pamplona, iniciará una gira por diez casas de cultura de la Comunidad Foral.

Producido por la Fundación Municipal Teatro Gayarre y el Gobierno de Navarra, el espectáculo ofrece la oportunidad para volver a acercarse al «padre del teatro moderno», según afirma Miguel Munárriz, responsable de poner en escena esta obra «emblemática» de la historia escénica mundial. Y, si bien todos estos calificativos podrían «asustar» al principio, ya que «es una responsabilidad enorme», resulta que, como dice el director, a la gente del teatro «el miedo no nos dura mucho y afrontamos la función con alegría».

En esta ocasión, trabajan bajo las órdenes de Munárriz los siguientes intérpretes: Marta Juániz (Nora), Carol Verano (Elena), Carlos Ibarra (Torvald Helmer), Leire Ruiz (Cristina Linde), Pablo del Mundillo (Nils Krogstad) y Alfonso Torregrosa (doctor Rank).

Los precios son 17, 14 y 6 euros (3 euros para carné Gayarre joven).

Munárriz destaca un personaje femenino de un gran carisma, y porque «su vigencia es permanente». Tanta, que cada año se representa en infinidad de ocasiones y lugares, gracias a «personajes que trascienden al tiempo y a la historia», de entre los que destaca Nora, una mujer «cuyo deseo de ser un ser humano» y no un objeto o un estereotipo con destino prefijado continúa de actualidad.

En la obra, Ibsen presenta a Nora, una mujer que intenta salir de la vida que le ha tocado en suerte y, con un texto que discurre de forma admirable y que se basa en una carpintería dramática estremecedora y sólida, el autor construye la sólida casa en la que vive la protagonista, con una existencia condicionada en su totalidad. Primero por su padre, un hombre conservador y bien situado, que la trata como si fuera de su propiedad; luego por su marido, Torvald Helmer, que no se diferencia mucho de su suegro. La decisión que tendrá que tomar Nora será difícil, muy dura, pero, sin saberlo, estará comprando su propia libertad.

Pero Ibsen aborda también, a juicio de Miguel Munárriz, otro tema que hoy en día impera más que nunca, y que se refiere a los terribles efectos del «capitalismo salvaje», un tema que «a nosotros, nos mete el dedo en la llaga en plena crisis». En este sentido, «Nora se encuentra en un momento económico complicado y tiene que enfrentarse a un sistema imposible, más o menos lo que nos pasa hoy», añade el director, que tuvo claro desde el principio que la historia debían contarla los actores, arropados por el gran trabajo que ha hecho Javier Sáez en la escenografía y el vestuario, moderna y clásico, respectivamente. De este contraste estético, surge un montaje «muy imaginativo» y «sorprendente», indica Munárriz, autor, asimismo, de una adaptación fiel al texto original, «salvo por el olor a naftalina propio del siglo XIX, que no me acababa de gustar». Para eliminar este tufillo antiguo, «hemos trabajado un estilo periodístico, con frases cortas, muchos puntos»; así que, aunque el espectáculo dura dos horas, «lo hemos hecho ágil y fácil de ver».

Así lo podrá comprobar el resto del público navarro con la gira por Villava (domingo 29 de marzo), Zizur Mayor (viernes 3 de abril), Noáin (viernes 24 de abril), Irurtzun (viernes 23 de octubre), Aoiz (sábado 7 de noviembre), Estella (viernes 20 de noviembre), Alsasua (sábado 21 de noviembre), Ansoáin (viernes 11 de diciembre), Sangüesa (sábado 12 de diciembre) y valle de Aranguren (domingo 13 de diciembre).

Obra escandalosa.

Casa de muñecas está considerada la obra cumbre del dramaturgo y poeta noruego Henrik Ibsen. Con el montaje que se estrena este viernes en el Teatro Gayarre se quiere hacer una revisión de una pieza en la que se expone la relación entre los sexos, y que causó sensación cuando se publicó en 1879. Ibsen está considerado el más importante dramaturgo noruego y uno de los autores que más han influido en la dramaturgia moderna, padre del drama realista y antecedente del teatro simbólico. En su época, sus obras fueron consideradas escandalosas por una sociedad dominada por los valores victorianos, obras que cuestionaban el modelo de familia y de sociedad dominantes. Sus textos no han perdido vigencia y es uno de los autores no contemporáneos más representados en la actualidad.