Dos reflexiones sobre el teatro.

«El teatro se rige, más que ningún otro arte, por infinitas variables, y quien no lo frecuenta no suele entenderlo. A veces alguien te dice: «Menudo palo le has pegado a Cochibambo en Las encías de una madre. ¿No te había gustado tanto hace dos meses en Los que se retuercen?». «Sí», respondes, «pero es que en la primera le dirigía Gladiolín, que es un talento, y en la segunda cayó en manos de Alcachófez, que no da una a derechas». Ésa es una variable importante, pero hay 327 más (caracteriológicas, meteorológicas y hasta parapsicológicas), casi todas ampliamente catalogadas».

Marcos Ordóñez en Babelia, El País. 13-2-2010

«A veces un patio de butacas está lleno y no hay nadie, y otras hay tres espectadores y está lleno. Lo importante no es el número, es la intensidad de la comunicación teatral, y eso no se puede medir y, afortunadamente, en el fondo, no se sabe nunca. Zaranda ha crecido al margen, y esto ha sido muy bueno para hacerla fuerte. El éxito es un peligro y tiene que ver mucho con la vanidad. Y uno de los secretos del arte y de la vida es desprenderse de la vanidad (…) Nos interesa el teatro como rito y como pasión. El teatro es sobre todo algo intuitivo, que tiene que ver con un misterio superior. Al teatro no se viene sólo a estar, sino a participar, ése es el verdadero sentido de la ceremonia. La realidad teatral en La Zaranda es sagrada. Y lo sagrado está siempre fuera de todo tipo de definición. Sólo hay que propiciar que lo sagrado se exprese».

Francisco Sánchez, Paco el de la Zaranda, entrevistado por Carmen Rodríguez Santos en ABCD, ABC, 6-2-2010