Fin de semana más que completo, con una oferta variada.

La primera es el nacimiento de una nueva compañía profesional navarra, Lilura Teatro se llama, que debuta en los escenarios con un texto de Laila Ripoll, Santa Perpetua, que aúna lo grotesco, lo estrambótico, el humor negro de una España profunda que no está tan alejada de nosotros como creemos. La obra, por dar una idea a los espectadores te sumerge en un cuadro de Gutiérrez Solana, donde pulula una familia extraña que pivota sobre una anciana entre medium, vidente y estafadora que se aprovecha de la superstición y los miedos de la gente para vivir de ellos. A su lado dos hermanos de sexualidad ambigua. Y como trasfondo, un pasaje oculto de la Guerra Civil que da un trágico sentido a lo que estamos viendo. El montaje se pudo ver hace 8 años en Pamplona y será interesante ver a la nueva compañía.

En escena Iker Bengoetxea, Javier Chocarro, Fernando Eugui, que han estado en un montón de proyectos. A su lado María Sánchez y la chelista Mireia Pla. Los dirige Fermín Cariñena

. Tres ocasiones para verlo: hoy, el sábado y domingo, a las 8 de la tarde, en la ESCUELA NAVARRA DE TEATRO. La entrada cuesta 10 euros (8 en anticipada).

 

El sábado, Rafael Álvarez el Brujo va a estar en AUDITORIO BARAÑAIN con una de esas obras unipersonales que han configurado su repertorio en los últimos quince años. En este caso, vuelve a Navarra con La luz oscura de la fe, basado en la vida y obra de San Juan de la Cruz. El Brujo está totalmente místico y lleva tiempo buceando en la vida y el pensamiento de autores que van un poco más allá de lo prosaico. Hace unos meses estuvo en el teatro de la Universidad de Navarra indagando en el pensamiento oriental y mañana se sumerge en uno de los grandes autores en lengua castellana. El Brujo es el Brujo, siempre igual y siempre suena diferente. Es proverbial su capacidad de mantener tu atención con cualquier cosa que cuenta y lo hace de forma amena y divertida, por lo que recomendarlo es garantía de que no vas a decepcionar a nadie.

Una única función el sábado a las 8 de la tarde con entrada a 18 euros taquilla (y 16 en anticipada).

 

Y una gran actriz estará el domingo en el TEATRO GAYARRE: Silvia Marsó. Gran actriz, tu lo has dicho, pero viene también como productora. Reconozco que tengo que recomendar, pero un poco a ciegas. Me explico. Silvia Marsó viene con una obra que es uno de los títulos de novela más leídos del siglo XX, 24 horas en la vida de una mujer, porque está escrita por uno de los mejores y más interesantes autores contemporáneos. Stefan Zweig. No hay persona mínimamente culta que no haya leído a Zweig, porque es uno de los más lúcidos observadores de las calamidades que trajo el siglo pasado, especialmente en su primera mitad.

Era judío, era ciudadano del imperio austro-hungaro, era antibelicista y se opuso radicalmente a la Primera Guerra Mundial, que trajo el final de toda una época y un reguero de calamidades que se intensificaron durante el periodo de entreguerras y con la Segunda Guerra Mundial. Es, por tanto, el cantor de un mundo que desapareció en 1914 y que permitió la convivencia pacífica en Europa de personas de razas, religiones, idiomas y mentalidades muy diferentes y un progreso humano y científico sin precedentes. Yo siempre recomiendo su autobiografía, El mundo de ayer, También Momentos estelares de la humanidad, la más amena fórmula para contar grandes hechos. El autor se suicidó en Brasil, donde estaba refugiado, en 1942 porque pensó que Hitler iba a ganar la guerra.

Dicho esto, vamos con la novela, que tiene una gran carga psicológica, que ha sido adaptada al teatro, y en forma de musical, con lo cual no sé que pensar. Narra un día completo de una señora, el día en el que le cambia todo: la forma de pensar, sus creencias, sus convicciones más profundas, cuando se da cuenta de que ha vivido una vida ni querida ni cuestionada. Y todo a raíz de un incidente: su encuentro con una persona que está a punto de suicidarse.

Una única oportunidad. El domingo a las 7 de la tarde, con entradas a 21, 17 y 8 euros.