- by Victor Iriarte Ruiz
- on 14th mayo 2017
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Zarrapastra estrena una función para celebrar su despedida de los escenarios, «En una estación cualquiera», hoy a las 20 horas en Villava
Zarrapastra pone en escena este domingo en la casa de cultura de Villava (20 horas) En una estación cualquiera, el montaje que solo representará una vez y será el último del grupo, ya que, aunque a medio plazo seguirá representado las obras en repertorio allí donde las reclamen, se retira de los escenarios después de 28 años de actividad.
La del domingo es, pues, una oportunidad para ver sobre las tablas el último texto que Nieves Oteiza escribe para Zarrapastra, grupo fundado hace 28 años en gran medida por herederos del veterano Atarrabia. “Hemos querido hacer esta obra especialmente para la casa de cultura de Villava, que nos ha cuidado mucho, programando siempre nuestros montajes”, comenta Oteiza, que en este caso también ejerce de directora con la ayuda de Assumpta Bragulat, que sube a escena con un pequeño papel. “Estoy muy nerviosa”, confiesa la actriz y profesora de la Escuela Navarra de Teatro. “Hacía muchos años que no actuaba, pero me emociona mucho volver”, agrega. Directora de muchos de los espectáculos de Zarrapastra, la prejubilación y su necesidad de moverse libremente y sin mayores compromisos, con estancias a caballo entre Pamplona y Tossa de Mar, es una de las razones por las que el grupo ha decidido ir despidiéndose. “Lo que tenemos con ella es mucho más que una relación entre directora y actores; para nosotros el teatro es mucho más que eso, se basa en relaciones personales”, explica Oteiza. Y sigue: “Assumpta dirige muy bien, es muy conciliadora”. Esta coincide: “Con ellos he compartido muchas cosas, hemos establecido lazos de amistad y he aprendido un montón; para mí, todos los componentes de Zarrapastra son unos sabios”. Admite, además, que dijo que sí a regresar a las tablas “porque ellos significan mucho en mi vida”. Y porque “me gusta mucho cómo escribe Nieves”. Oteiza revela que Bragulat le ha ayudado mucho en la dirección de esta propuesta que también colocará ante el público al técnico de Cultura de Villava, José Vicente Urabayen. Y al iluminador José Mari Ballesta. El montaje cuenta, asimismo, con el músico Txuma Flamarique.
Flamarique interpreta el papel de un músico callejero en esta obra ubicada en una estación de tren. “Es un lugar que siempre genera todo tipo de sentimientos; hay añoranza, amor, espera…”, indica Oteiza. Sobre el escenario, la autora presenta a personajes que no se conocen entre sí. Algunos, en efecto, esperan; otros se despiden, y también están los que no van a ninguna parte, pero observan la vida de los demás, sus problemas; sin inmutarse, con calma. Todo sucede en el mismo espacio escénico, una estación cualquiera, y se articula a través de distintas escenas en las que intervienen diversos personajes que cuentan su historia con sus propias palabras, pero también emplean frases de autores como Octavio Paz, Mario Benedetti, Daniel Aldaya, Benjamín Prado, Kavafis, Jaime Sabines, Jorge Teillier, Silvia Cuevas y Hamzeh Abboud.
La autora piensa seguir escribiendo, “primero para mí misma”, después de la paulatina disolución de Zarrapastra, que calcula para dentro de un par de años. Durante este tiempo, el grupo seguirá poniendo en escena su repertorio. De momento, el 3 de junio representan Urtsua, leyenda de luz y niebla, y a Oteiza le gustaría que “nos salieran funciones” de El miedo que me habita, un texto en torno a la violencia de género, “porque, tristemente, es más necesario que nunca”. Compromiso social, inquietud y curiosidad constantes han sido las señas de identidad de Zarrapastra. Y lo siguen siendo ahora que inicia su mutis.
Actúan en este montaje Txuma Flamarique, Jaime Malón, A. Santesteban, Carmen Izal, Manolo Almagro, Teo Cunchillos, Nieves Oteiza, Mariabel Ballaz, Antonio Izal, Assumpta Bragulat, Jose Vicente Urabayen y José María Ballesta.
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