CRÍTICA TEATRO

INTERRUPTEDTexto: Creación original de Fiona Clift, Andrea Jiménez, Noemí Rodríguez y Blanca Solé y co-creación de Ariana Cárdenas, Philipa Hambley, Roisin O’Mahony y Esther Ramos. Dirección: Noemí Rodríguez y Andrea Jiménez. Intérpretes: Ariana Cárdenas, Andrea Jiménez, Esther Ramos y Noemí Rodríguez. Compañía: Teatro En Vilo (Madrid-Londres). Lugar: Escuela Navarra de Teatro. Fecha: Domingo 26 de octubre. Público: Ciento cincuenta espectadores.

Trágico estrés

Ocho personas firman como autoras pero, a pesar de ser una creación colectiva, se percibe una coherencia en Interrupted. Es una obra de teatro más descriptiva-narrativa que dramática, con una línea de acción mínima y previsible, pero mantiene el interés del público por la singularidad de la puesta en escena. Excepto una actriz, que da vida a la ejecutiva agresiva protagonista, las otras tres intérpretes encarnan a diferentes personajes y, además, mueven continuamente los objetos en escena y construyen espacios –como un coche, un ascensor, una librería o un armario– a modo de escenografía viviente. Es un recurso plástico de puesta en escena que hace tiempo perdió su originalidad, pero sigue dando una imagen muy “fringe” y alternativa a cualquier montaje, permite momentos muy cómicos y otros de gran potencia visual, como cuando esos movimientos visibilizan la pérdida del sentido de la realidad del personaje principal, que persigue y no encuentra los objetos que busca desenfrenadamente. Hay que señalar que el nivel de ejecución en escena es excelente, y también en el control técnico, tanto de luces como de los numerosos efectos sonoros que hay en la pieza, con lo que el cuarteto mantiene en todo momento el interés del espectador.

Interrupted muestra el progresivo deterioro mental de una mujer que necesita tomar pastillas para mantener el estresante ritmo laboral al que se somete. Y acaba mal, claro. Eso es todo. Ofrece un poquito menos de lo que apunta el programa de mano pero da igual, porque la acción está muy condensada, nada sobra y no hay tiempos muertos. Vemos a la protagonista en su casa, saludando a sus vecinos, conduciendo hacia el trabajo, asumiendo nuevos y complejos retos laborales, dialogando con sus subordinados, citándose con un amigo, compartiendo una cena con él y padeciendo los problemas mentales que le llevarán a un desenlace trágico, bien interpretado y resuelto con efectos de luz. Es muy efectivo y dramático, pues la voz en off repite lo que habíamos escuchado al inicio.

El público ovacionó a las cuatro actrices, excelentes intérpretes, por sus  caracterizaciones muy logradas y momentos sabrosos, aunque en ocasiones la búsqueda de acentos para sus personajes impidió una escucha nítida de las réplicas. Destacó la gallega Noemí Rodríguez, quien entre otros papeles interpreta al empresario, y está igual de magnética que en El hombre almohada.

POR Víctor Iriarte. Publicado en Diario de Noticias el viernes 30 de octubre de 2015.