Crítica de teatro de Víctor Iriarte en Diario de Noticias de «The hole 2», en el Teatro Gayarre de Pamplona hasta el 12 de julio
THE HOLE 2. Textos: Alex O’Dogherty. Letrista: Ferrán González. Música original: Marc Álvarez.Coreografía: Amaia Galeote. Escenografía: Miguel Brayda. Diseño de luces: Juanjo Llorens.Dirección de comedia: Gabriel Chamé Buendía. Dirección: Víctor Conde. Intérpretes: Alex O’Dogherty, Canco Rodríguez y Víctor Massán (se turnan como Maestro de ceremonias), Vinila von Bismark y Marchu Lorente (Madame Zoltar), Marta Ribera (María del Mar), Sergio Blanco (el hombre del smoking azul), Álvaro Ramírez, Belinda Henríquez, Nick Beyeler, Marilén Ribot, Gustavo Sartori, Trío Sunrise. Músicos: Chus Herrera, Angie Lófer, Susan Santos y Carmen Niño. Producción: Crazy Hole SL. Lugar: Teatro Gayarre. Fecha: Miércoles 1 de julio. Público: Lleno.
Caluroso agujero
La actuación de Josephine Baker en el Teatro Olimpia de Pamplona provocó disturbios públicos y un oficio religioso en la Catedral. Esto fue a finales de la década de 1920. Ya había llovido lo suyo para 1983 aunque por lo visto no lo suficiente, porque la representación de Teledeum, de Els Joglars, en el Anaitasuna, provocó similar barullo, intentos de boicot y vigilia penitencial. Que algunos, pocos, siguen en las mismas es evidente pero más todavía sus pocas luces. Los carteles de The Hole 2 emborronados o cubiertos con las cruces gamadas forales son una campaña publicitaria impagable para este espectáculo cómico, musical, circense, cabaretero, desinhibido y procaz, elegante en los números más escatológicos y muy profesional, que tiene como principal novedad la música en directo y un mensaje vitalista de ¡Carpe diem!, animando a disfrutar del amor mientras dure. Estrenado hace dos años y acostumbrado a mutar sus números, el show ya ha incorporado a un personaje que pretende clausurar el teatro. Si esto es guerra vengan balas, pensarán sus productores.
La velada inaugural, que se prolongó por espacio de 210 minutos bajo un calor infernal, sumó 20 números y un Alex O’Dogherty estelar como maestro de ceremonias, con 8 momentos protagónicos, como un excelente actor y monologuista. Aparece en escena tristón, medita sobre el amor, vuela sobre el patio de butacas, ironiza sobre la actualidad, hace reír al público, reparte cartones para el bingo, sortea un jamón y canta y baila en el espectacular número final. Conduce un show con una tenue pero reconocible línea argumental que es un mix de circo (6 números de equilibrios, excelente el del trío Sunrise y nada convencional la interpretación de una copla desde el trapecio), cabaré (poco), revista española (más, aunque la vedete Marta Ribera cambia las plumas por el cuero) y, en no poca medida, las varietés que hicieron famoso al Paralelo barcelonés, aquí despojado de caspa y lentejuelas. Bucea en el Teatro Chino de Manolita Chen, que durante años se turnó con el Lido en un barracón portátil del recinto ferial durante Sanfermines. Ese ambiente de lugar pecaminoso lo dieron Sergio Blanco, encarnando muy bien al personaje de presentador gay que bromea con la ambigüedad sexual del público, el lenguaje descarnado de Vinila von Bismark, el aparente desmadre en el patio de butacas, los números nudistas y aquellos que requirieron la participación del público, que estuvo tímido al principio pero entró pronto al juego.
La primera vez que un productor barcelonés decidió saltarse todos los límites y sacar totalmente en bolas a las coristas en un escenario fue en tiempos de la República. Pidió un gran cartel anunciador y la imprenta le metía prisa. Quería poner algo así como “Va a ser apocalíptico”, pero no le salía la palabra. Acabó escribiendo Psicalíptico y nació entonces una nueva palabra en castellano. En The Hole 2 hay psicalipsis, claro, pero muy medida, cuidadosamente iluminada y coreografiada y concentrada mayoritariamente en la segunda parte, cuando el público ya sabe dónde se ha metido. En la función inaugural, estuvo desequilibrada en favor del público femenino: sólo ellos lo enseñaron todo. El show cambia función a función. Esperemos. Podría dar lugar a nuevas pintadas y, esta vez, totalmente justificadas.
Por Víctor Iriarte. Publicado en Diario de Noticias el sábado 4 de julio de 2015.
Comentarios recientes