CRÍTICA TEATRO

MARIBEL Y LA EXTRAÑA FAMILIAAutor: Miguel Mihura Compañía: Puntido Teatro (Tafalla) Dirección: Jaione Urtasun y Xabier Flamarique Intérpretes: Olga Asurmendi, Mariano Indart, Chus Lorenzo, Esperanza Iriso, Teresa Ballesteros, Feli Iglesias, Maite Berrade, Vicente Olcoz, Isabel García y José Mª Larrasoaña ‘Buli’ Lugar: Sala de Cámara de Baluarte Fecha: Domingo 7 de junio  Público: 200 espectadores.

Maribel y sus sorpresas

A priori, uno hubiera tachado de error de Baluarte programar a un grupo aficionado con la misma obra vista 15 meses antes representada por un elenco profesional, pero lo cierto es que esta Maribel atrajo a mucho público, a pesar de que se representaba con Osasuna casi una hora en 2ª B. Puntido nació hace cuatro años de los talleres de teatro que se imparten en Tafalla. Está en su mejor momento, pues ha recibido este año una mención honorífica de la Confederación Española de Teatro Amateur por su montaje de teatro clásico El gran teatro del mundo, de Calderón de la Barca, que programó el Festival de Olite.

Maribel y la extraña familia es una de las grandes comedias del siglo XX. Alcanzó más de mil representaciones seguidas tras su estreno. Una joven prostituta acude a prestar un servicio a la casa de un cliente timorato que ha conocido días antes en un bar. Allí es recibida como la prometida de su hijo por la madre y la tía de éste, gente acomodada. Estamos en el inicio del desarrollismo en España y de la incorporación masiva de la mujer al trabajo, por lo que Maribel es confundida por las ancianas con una chica moderna. El malentendido no se termina de aclarar ni los días siguientes ni cuando el joven la invita a su misteriosa casona en un pueblo de Cuenca. La obra entonces roza lo policíaco, pues la putilla y sus compañeras de pensión se temen que el joven oculte bajo su personalidad la de un asesino, lo que incrementa la comicidad de situación. El tema de fondo, muy bien jugado con ambigüedad calculada por Mihura, es si los seres humanos sólo vemos lo que queremos ver, y si cualquier pasado puede ser perdonado, de ahí que la obra tenga un fondo ternurista que toca la fibra sensible del espectador.

Acudir a una representación de teatro amateur sin demasiadas expectativas siempre es conveniente, puesto que las sorpresas agradables que te llevas son más estimulantes. Tres hay en este montaje de Puntido Teatro. Se llaman Chus Lorenzo, que interpreta a la anciana Doña Paula y domina sus escenas con sorprendente tino; y Teresa Ballesteros y Feli Iglesias, Pili y Rufi, las prostitutas amigas de Maribel. Las tres están “en papel”, es decir, han entendido lo que pide el texto y han sabido dar con el tono que reclaman sus personajes, por lo que los hacen creíbles. Dan las réplicas con precisión y logran transmitir al patio de butacas toda la comicidad que exudan las criaturas que interpretan. Es de alabar que todos sus compañeros en escena tienen su misma seguridad con el papel, pues no hubo fallos de texto. La obra llegó a Baluarte muy rodada.

Los principales peros del montaje están en la dirección, que no ha logrado que sus actores se paseen por escena con naturalidad ni han acertado con la disposición del mobiliario y de las entradas y salidas, todas en general sucias. Se echa en falta más contención gestual de las visitas en la antológica primera escena (que inspiró la película Familia, de León de Aranoa), que hubiera ganado en comicidad, y en el carácter de Maribel, que no logra estar a la defensiva en su primera aparición en escena, para acentuar el carácter de su personaje. Tampoco logran los directores transmitir la tensión que pide el tercer acto. El público rió y aplaudió, como siempre ocurre con Maribel, con Mihura y con un elenco que lo da todo en escena.

POR Víctor Iriarte. Publicado en Diario de Noticias el jueves 11 de junio de 2015.