CRÍTICA TEATRO

Historia sexual de la humanidad. Texto y dirección: Miguel Goikoetxandia. Producción: Iluna Producciones (Pamplona). Intérpretes: Ana Berrade, David Larrea, Miguel Goikoetxandia, Oscar Orzaiz y Pedro Izura. Diseño de vestuario: Vicente Galbete. Lugar: Casa de Cultura de Burlada. Fecha: Viernes 3 de octubre. Público: Más de trescientos espectadores.

Más humanidad que sexo

El estreno absoluto de Iluna registró una excelente entrada, en un viernes con abundante oferta teatral en la comarca, lo que demuestra el tirón del grupo. Y como bien saben los programadores, con un público especial, compuesto en una parte no desdeñable de espectadores que aparecen poco o nada por los auditorios y, sin embargo, nunca faltan a su cita con Iluna. Precisamente, el tipo de ciudadano al que todo el sector cultural quiere llegar y con el que resulta complejísimo conectar. ¿Por qué acuden? Seguramente porque reconocen la “marca” Iluna: risas garantizadas, ninguna ambición intelectualoide y todos los recursos centrados en entretener. Pocos dan tanto con tan contadas dosis. Yo añadiría como punto a favor la inmensa capacidad de trabajo del elenco, pues es de los pocos grupos locales que siempre llega al estreno con todo trillado: los actores ofrecen una seguridad pasmosa en los papeles, clavan las entradas y salidas y colocan diálogos de vértigo durante 80 minutos sin un solo desajuste, algo fundamental en comedia. Precisamente en este montaje se vio ese esfuerzo en la escena ambientada en el Medievo, con monjes que replican al unísono como un reloj. Y cantan mucho, entonados y sin desafinar. No hubo gatillazo en el estreno, por lo que auguro muchos bolos, risas y aplausos para el grupo esta temporada.

Respecto del texto, comentar que está en la estela marcada por sus grandes éxitos cómicos: 50 navarros y punto, Navarros: La amenaza fantasma y Ramplona 2016, donde Goikoetxandia demostró un privilegiado olfato para conectar con el patio de butacas con humor muy pegado al entorno ciudadano: entonces a la realidad local y ahora con el sexo como reclamo. Ha hecho bien en volver a ese estadio en su nueva obra, puesto que se notaban más sus limitaciones cuando intentó un teatro más serio. Esta Historia, afortunadamente con ningún sexo explícito, aclarémoslo, sigue a un griego que vaga por los siglos alcanzado por la maldición de no poder gozar a las hembras que ama. Es una pieza a base de sketches, como siempre le pasa al autor, que sigue sin ofrecer una dramaturgia redonda. Aquí une con más o menos calzador seis momentos históricos: la Grecia antigua, el Egipto de Cleopatra, la Edad Media, la España de Isabel la Católica, la Revolución francesa y la actualidad. Las escenas son desiguales, aunque todas contienen chistes ingeniosos y arrancan carcajadas de forma continuada. Cuando el armazón dramático falla, y sucede ya en la primera escena, la acción tiene que ser impulsada con recursos narrativos: monólogos dirigidos directamente al público. Esta vez hay menos tacos y referencias escatológicas, excesivos en anteriores montajes, en favor de una comicidad verbal más afinada.

Fruto de su onanismo grupal –todo se lo guisan y comen entre ellos desde hace años–, los actores siguen lastrados por tonillos y muletillas que transmiten la sensación de interpretarse siempre a sí mismos, aunque David Larrea mantiene su presencia escénica, Ana Berrade brilla en momentos en que logra crear personajes diferenciados y sigue intacto el punch cómico de Pedro Izura, que coloca las réplicas como nadie en estos pagos. Esta vez Iluna ha cuidado los figurines, que brillan sobre una poco imaginativa escenografía.

POR Víctor Iriarte. Publicado en Diario de Noticias el martes 7 de octubre.