El presidente de la Federación Estatal de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza (Faeteda), Daniel Martínez, ha propuesto la gestión de los escenarios públicos por los profesionales, de acuerdo con las administraciones, para tratar de detener «el desastre» del sector. «Desde el inicio de la crisis debiéramos haber mirado todos a la empresa privada como la única posibilidad de intentar paliar la hecatombe que ya se ha iniciado y que promete derivar en catástrofe», advirtió Martínez durante la conferencia inaugural del II Congreso Iberoamericano de Productores Escénicos (2CIPE), que se celebra en Valladolid hasta hoy jueves.

El mal uso y desuso de los equipamientos escénicos, la desaparición de los circuitos autonómicos, la proliferación del intrusismo, la «galopante pérdida» de empleos, la progresiva pérdida de inversiones y el empobrecimiento de las producciones son las consecuencias de una «crisis sin parangón» en las artes escénicas. A pesar de este «panorama desolador» que amenaza con aniquilar «treinta años de siembra» dentro del sector, recientemente agravado por la decisión del Gobierno de aumentar el IVA a las artes escénicas, se mostró partidario de una reacción que a su juicio pasa por «marcar las líneas rojas» que no se deben traspasar sin que se destruya el «andamiaje» entramado en las últimas décadas.

Las administraciones «deben perder su tradicional desconfianza para delegar equipamientos y espacios a las compañías privadas con la finalidad de salvar el sistema de exhibición teatral», y el apoyo de una «aplicación exhaustiva» de las nuevas tecnologías que permita llegar a los espectadores «de una manera más directa». Esta gestión compartida propuesta por el presidente de Faeteda no menoscabaría el «estricto carácter público» de los escenarios cedidos para su explotación, y exigiría, además de «valentía por parte de los profesionales para capitanear la resistencia», fórmulas de colaboración económica con las administraciones que complementen las tradicionales ayudas y subvenciones.

El crédito reintegrable, el mecanismo del capital-riesgo y las coproducciones público-privadas son fórmulas que planteó el presidente de Faeteda, una vez expresada su desconfianza hacia le Ley de Mecenazgo, paralizada en la actualidad, ya que no ha contado con la participación de los profesionales -productores, gestores y actores-, «quienes mejor conocen el sector». Martínez también planteó un plan de internacionalización «sostenible y viable», para optimizar el potencial escénico. «Tenemos la obligación de sacar a las administraciones de su conformismo y erigirnos en interlocutores legítimos para consensuar políticas públicas, facilitar el diálogo entre las partes y evidenciarnos como cauce para la reconversión del sector y poder tratar de salir de la crisis», insistió el presidente de Faeteda, colectivo que aglutina a 14 asociaciones que engloban a casi 400 compañías y empresas productoras de teatro y danza. Lamentó que las artes escénicas se encuentren «al albur» de una clase política que no percibe la cultura como un elemento central de las necesidades sociales, sino como un entretenimiento que permite ampliar el margen impositivo del 8 al 21% (IVA), en la que denominó «la última barbaridad» del Gobierno de España. La alarmante pérdida de ingresos y espectadores en los tres últimos años representa un serio aviso para el presidente de Faeteda que amenaza con destruir «treinta años de siembra».