La Orquesta Sinfónica de Euskadi (OSE) ha presentado el programa de abono para la próxima temporada, que incluye 11 conciertos y se puede consultar aquí.

La OSE se dedicará este año a la construcción de un lenguaje común con su nuevo director titular, el colombiano Andrés Orozco-Estrada. Junto a ello, la crisis económica, hacen que la OSE haya optado por renunciar a las giras por el exterior que tenía previstas. Así, suprime la gira internacional y celebrará una única salida: al Auditorio Nacional de Madrid para participar en el homenaje por el 80 cumpleaños del compositor bilbaino Luis de Pablo. A cambio, ejercerá ampliamente como anfitrión: le visitarán «excelentes solistas» como Hélène Grimaud, Janine Jansen y Frank Peter Zimmermman y batutas invitadas como Paul McCreesh, Yakov Kreizberg y Lawrence Foster en un programa que quiere «dejar huella».

La orquesta afrontará un centenar de conciertos, de los que más de la mitad pertenecen a la temporada de abono, que comenzará el 23 de septiembre en Pamplona y terminará el 4 de junio de 2010 en Vitoria. En total, la orquesta ofrecerá 57 conciertos de abono: 24 en San Sebastián (12 programas interpretados en 2 ocasiones), y 11 en Bilbao y las capitales navarra y alavesa. En ese camino, Orozco-Estrada se ha marcado como meta «seguir sacando partido a la orquesta y mejorarla» y para ello se ha configurado una temporada «muy variada, de todos los estilos y compositores». Dentro de esa diversidad, ha querido empezar con dos «piedritas de la huella que quiere dejar esta temporada»: la Sinfonía nº 1 de Beethoven y la Sinfonía nº 1 de Mahler. Temas conocidos, «fundamentales», para encontrar el lenguaje, de él para la orquesta y de los dos para el público.

Pero, además, hay un recuerdo personal ligado a esta elección: el maestro colombiano escuchó la Sinfonía nº 1 de Gustav Mahler la primera vez que viajó a Europa. Visitó Viena y se dirigió, como todo melómano, a la sala dorada, donde se programaba una especie de conjunción astral: la Filarmónica de Berlín, dirigida por Abbado, con el compositor checo. «Como todas las estrellas del Barcelona juntas», bromeó ayer. «No había entradas de butaca y aunque hubiera habido, no habría tenido dinero para pagarlas -recordó-. Pude ver el concierto de pie, después de hacer cola durante tres horas». Lo primero que tocaron fue la Titán de Mahler. «Las lágrimas corrían por mi cara. Es un momento que jamás olvidaré. Se lo cuento para que el público sepa que debe escuchar esta obra inigualable, que te saca las lágrimas y te pone a pensar», subrayó Orozco-Estrada.

De su entusiasmo ha surgido una de las novedades más importantes de la temporada, la creación de un «Laboratorio de Música». La iniciativa, según explicó su inspirador, aspira a «dar la oportunidad a jóvenes que se quieren dedicar a la música, solistas, pero también compositores y directores de orquesta». Estrenarán el laboratorio músicos procedentes de la Joven Orquesta de Euskal Herria, «realmente jóvenes», de 16 a 25 años. «No suena muy espectacular, pero lo es», indicó el maestro colombiano, quien confesó: «Tengo un contrato para tres años y no quiero estar del hotel a la sede y de la sede a la sala de conciertos. Quiero que haya compenetración entre los que estamos en el mundo musical».

Además, la OSE iniciará una «nueva línea de producción discográfica», que se inaugurará con el compositor donostiarra Ramón Lazkano. Entre sus planes fambién figura la grabación, en 2010, de la ópera Mirentxu de Guridi. No faltarán los Conciertos en Familia, las Matinées de Miramón, su paso por otras localidades al margen de las capitales como Mutriku, Irun, Durango o Getxo y su tradicional colaboración con la Quincena Musical y la ABAO.

La consejera vasca de Cultura, Blanca Urgell, aseguró que la formación contará con el «inequívoco apoyo» del Gobierno Vasco y confió en que estará al servicio de una «sociedad más culta y más libre»