Esta imagen se va a repetir mañana, lunes 12, un poco antes de las 13 horas, si los aviones en los que viajo no se caen o se equivocan de aeropuerto, o yo no me equivoco de puerta de embarque, que todo puede ser. La foto me la hice en 2005 en la entrada del teatro Òran Mor de Glasgow, junto al cartel anunciador, donde se representó mi obra Wheesht!. También estrenó allí, con aplausos caledónicos, Maite Pérez Larumbe Short spin.

Los mismos autores repetimos la semana entrante con Limbo y Zarraberri , las adaptaciones en inglés de Cuota líquida y Una oportunidad para Zarraberri y para allí que nos vamos. La traducción es obra de Chris Dolan y Moira Leven. Ambas obras fueron seleccionadas en el primer certamen de escritura dramática del Teatro Gayarre y exhibidas en enero y febrero de este año en Pamplona, con el éxito acostumbrado (no nos apedrearon).

El reparto de la versión escocesa está integrado por John Kazek, Simon Scott y Ros Sydney. La directora del montaje es Rosie Kellagher, la escenografía es obra de Rita McGurn y la producción es de David McLennan.

La representación se enmarca en la 8ª temporada el ciclo A Play, a Pie & a Pint. Making a drama out of lunchtime, algo así como Representación teatral, un pincho y una pinta: haz un drama de tu almuerzo, que tiene lugar en Òran Mor, teatro ubicado en el West End de Glasgow (Escocia, de momento Reino Unido). El estreno tiene lugar mañana lunes 12 de mayo y las dos obras permanecen en cartel hasta el sábado 17.

Allí que nos vamos Maite y yo con los siguientes propósitos:

– Supervisar metódicamente el estreno (y decir a todo que sí, claro, porque no entendemos ni papa de inglés). Exclamaremos: Rosie, estamos contigo.
– Revisar las versiones, ver lo ganado (esa poderosa mano invisible de Chris Dolan) y lo perdido en el trayecto al inglés; y en mi caso, sonreír a los personajes susurrados de Cuota líquida que se resisten vehementemente, pero con una sonrisa verde esmeralda, a ser rebautizados.
– Festejar que somos los autores navarros más representados en el extranjero, lo que quizá nos dé opciones de ser nombrados miembros de honor de la cofradía de la alcachofa, o mejor, del piquillo de Navarra. O presidir el día del navarro ausente, si por lo que sea me da un punto, cambio de red y decido no volver.
– Beber güiski, cheli, con todo el personal y, quizá, hacer un guateque (si nos sacan el casete para poder bailar como en una discoteque). Pure malta, por supuesto.
– En mi caso, hacerme una foto con el monstruo del Lago Ness, a ver si por fin en alguna salgo ganando.
– Comer fis an chips, haggis y galletas walkers y el que venga detrás, que arree.
– Recordar a todos los amigos y amigas que dejamos en Pamplona, a la familia y a ese público que tanto nos quiere y al que tanto debemos (y al que pagaremos según lo recaudado). Que esperen, que esperen.
– Llamar pounds a las libras esterlinas, que es un trabajo añadido que alguien me tendrá que explicar en este segundo viaje.

Deseadnos mucha mierda. ¡Por el teatro, el único país donde se admite a todos los seres humanos, porque para todos hay papeles!