El gran secreto consiste en que cada persona tenemos una forma de amar que es idéntica a una forma de hacer teatro: hay amores trágicos, cómicos, payasos, melodramáticos, románticos, absurdos… ¿Cónoces cuál es tu teatro, o dicho de otro modo, tu forma de amar? Hora y media de representación a gran ritmo ofreció Comediants antes de descubrirnos ese secreto, gracias a un escenario que era como un sombrero de mago, del que salían innumerables objetos necesarios para la representación: un escenario de comedia del arte, columnas griegas, habitaciones decimonónicas y hasta un ring. Es el Comediants de siempre (un teatro basado en el juego, la magia y el contacto con el espectador, un espectáculo que podría ser de calle perfectamente), con una historia muy similar a otras que ha contado en los últimos veinte años pero que siempre parece nueva. Un teatro de pequeño formato, con actores jovencísimos y muy bien formados para dar vidas a distintas épocas y técnicas. Especialmente lograda la representación griega, el número de los payasos de cabaré y la moraleja final. El público no llenó el Teatro Gayarre, pero los asistentes se lo pasaron en grande, como grande era el secreto descubierto.