Medida por medida, de la compañía navarra In Extremis Teatro, es la ganadora del Premio Gayarre al Proyecto Escénico 2016/2017, de modo que el estreno del montaje será durante la última semana del mes de enero en el escenario pamplonés. Se trata de la adaptación de un texto de Shakespeare realizada por José Padilla, que también dirigirá este espectáculo coral protagonizado por Iratxe García Uriz, Txori García Uriz, Leire Ruiz, Juan Sansegundo y Oier Zuñiga.

El fallo del galardón de este año se dio a conocer ayer en una rueda de prensa en la que, además de los premiados, estuvieron presentes los miembros del jurado Grego Navarro, directora gerente del Teatro Gayarre; Dori López Jurío, directora de Acción Cultural del Gobierno de Navarra; Iñaki Gordejuela, técnico de Cultura del Ayuntamiento de Burlada; Gonzalo Centeno, expresidente de la Red española de teatros y auditorios, y Fran Ávila, productor y distribuidor teatral. Faltó Iñaki Salaberria, responsable de la donostiarra dFeria. Entre todos decidieron premiar a Medida por medida por “la proyección que presenta el proyecto, el interés del texto y el aval de una dirección y de un equipo de garantía”. La compañía recibirá 30.000 euros para la producción, promoción y distribución del proyecto, que no se limitará a la función de estreno, sino que también realizará varias representaciones para público general y para centros de enseñanza, así como acciones paralelas de tipo social y formativo. Asimismo, ha elaborado un detallado plan de trabajo que incluye la venta fuera de Navarra. “Tiene la energía, la fuerza, el ímpetu, la ilusión y, por supuesto, la profesionalidad que buscábamos”, afirmó Grego Navarro, que recordó que esta propuesta es consecuencia de la residencia artística que In Extremis realizó en el Instituto de Olite durante el pasado Festival de Teatro Clásico. “Este tipo de convocatorias son relevantes, hoy el mercado es muy competitivo, hay más oferta que demanda y los proyectos hacen pruebas y se testean con distintos públicos; ya está en desuso esa forma de trabajar del tipo tengo una idea y voy a montar un espectáculo a ver qué pasa”. En este caso, los creadores “pudieron sentar en Olite las bases de lo que querían hacer”.

AYER, HOY Y MAÑANA. “La convocatoria de la residencia fue el estímulo principal para dar forma a esas inquietudes que ya compartíamos entre nosotros de hacer cosas con rigor”, apuntó Txori García Uriz, que contó que, cuando estudiaban la elección de la obra, “nos dimos cuenta de que yendo cuatro siglos atrás estábamos hablando de nosotros hoy y posiblemente mañana”. Medida por medida discurre en Viena, donde el duque que gobierna la ciudad quiere retirarse durante un tiempo y nombre como su representante a Angelo, aunque en realidad se esconde y se disfraza para ver como actúa este. En estas circunstancias, un joven llamado Claudio es condenado a muerte por un delito de lujuria. Isabel, su hermana, hermosa novicia, suplica al regente que le perdona la vida, pero este tiene intereses ocultos… El texto habla, pues, de justicia, injusticia, corrupción, poder, chantaje, sexo… “todos temas actuales”, señaló Leire Ruiz. Y Oier Zuñiga comentó que, si bien esta es una de las consideradas obras problema de Shakespeare, por su dificultad de llevarla a escena, “nosotros hemos apostado por una adaptación y, además, durante la residencia tuvimos tiempo para entenderla”. Sin duda, la estancia en Olite fue determinante para “investigar y sumergirnos en el texto”, dijo Iratxe García Uriz, que coincidió con Ruiz en destacar que también sirvió a la compañía para comprobar que, en efecto, hay muchos elementos que les unen: “Primero, nuestra pasión por este oficio y, luego, nuestro interés por generar propuestas arriesgadas que se salgan de la línea más comercial”.

EL EQUIPO. Cuando se presentaron a la convocatoria del Gobierno foral para la residencia ya tenían claro que querían contar con José Padilla, uno de los dramaturgos con más proyección, especialista en la adaptación de clásicos como Shakespeare. Y no se equivocaron, porque las dos semanas y la pequeña muestra final de 15 minutos les permitieron elaboran un código y un lenguaje común para afrontar ahora este proyecto que trae la historia del bardo inglés “hasta nuestros días”. “Respetamos el original, pero va a ser una puesta en escena contemporánea”, apuntó Txori García Uriz. “Y, conociendo a Padilla, será un trabajo de texto muy exhaustivo y sin mucho adorno, porque le gusta contar con la voz y el cuerpo de las actrices y los actores para narrar la historia”, agregó Iratxe.

Eso, sobre las tablas; detrás habrá un equipo que mezcla profesionales de dentro y fuera de Navarra: Ana Maestrojuán, como ayudante de dirección; su compañero en Producciones Maestras, Ángel García Moneo, en gestión y producción; Koldo Tainta se encargará de la escenografía y la iluminación; Sandra Espinosa diseñará el vestuario y Aiora Ganuza lo confeccionará, y la distribución correrá a cargo de Montse Lozano. “No quedemos que el montaje se quede aquí, queremos que tenga un largo recorrido artístico y geográfico”, explican. De momento, el Teatro Pavón de Madrid ya se ha interesado en este trabajo.

PLAN DE MEDIACIÓN CON PÚBLICOS. En resumen, una vez logrado el Premio Gayarre, a In Extremis le toca ponerse las pilas y trabajar duro para abarcar el ambicioso proyecto que ha diseñado. Al margen del estreno, al que dedicarán seis semanas de ensayos entre diciembre y enero, sus componentes han elaborado un completo plan de difusión y promoción y una serie de acciones paralelas enmarcadas dentro de lo que han llamado plan de mediación con los públicos. “Queremos dejar constancia del proceso de creación”, explicó Oier Zuñiga. En concreto, realizarán tres tipos de acciones: una de tipo educacional, con sesiones con alumnos de Bachiller de Artes Escénicas de los institutos Alaitz y Plaza de la Cruz de Pamplona; otras referidas a trasladar la temática de la obra a otros lenguajes artísticos, en colaboración con el Centro Huarte, y la última de componente sociocultural, trabajando los asuntos que aborda la obra con reclusos y funcionarios de la cárcel de Pamplona. Está claro que tienen mucho trabajo por delante, “no tenemos tiempo que perder”.