Crítica de teatro de Víctor Iriarte en Diario de Noticias de «El cavernícola», con Nancho Novo, en el Gayarre
CRÍTICA TEATRO
EL CAVERNÍCOLA. Autor: Rob Becker. Dirección: Marcus von Wachtel. Intérprete: Nancho Novo. Diseño de iluminación: Luis Abad. Producción: Iria Producciones y Theater Mogui (Madrid). Lugar: Teatro Gayarre. Fecha: Viernes 28 de agosto. Público: Setecientos espectadores.
Ellas y ellos
Se anuncia como el monólogo más visto en Broadway, representado en 16 idiomas y 32 países y reído por más de 8 millones de espectadores. En España comienza su séptima temporada. ¿Qué es lo que tiene de novedosa la pieza para semejante impacto? La verdad es que nada, pues habla de lo mismo de siempre, de ellas y ellos, de las relaciones entre sexos, que está comprobado es un filón inagotable y fuente de comicidad. El cavernícola es una stand-up comedy de manual (monólogo tipo “club de la comedia”), aunque ofrece un tímido envoltorio teatral, con su título, telón de foro y salón de estar atrezzado a lo Pedro Picapiedra.
Durante hora y media, Nancho Novo personaliza en sus relaciones de pareja el argumentario original de la pieza, cuya tesis es que la dispar composición cerebral y, en consecuencia, forma de pensar en ambos sexos y los consiguientes problemas de convivencia tienen sus orígenes en la época de las cavernas. El hombre, cazador, se ha centrado siempre en un único objetivo, incapaz de pensar en dos cosas a la vez. De ahí que no vea la televisión, sino que se “funda” en ella. La mujer, recolectora, está a quince temas a la vez, pendiente de todo. Eso explica en ellas su pasión por las compras, la búsqueda incansable de los detalles, el uso del mando a distancia o su obsesión por el orden, fuente inagotable de conflictos. “La primera vez que la vi limpiar el cuarto de baño pensé que nos mudábamos”, cuenta. “Ellas usan 20.000 palabras al día; nosotros 7.000 y cuando llegamos a casa ya las hemos agotado”, se justifica. Ellas, dijo, son expertas en desviar las conversaciones según sus intereses. “Mi mujer es la segunda mejor saliéndose por la tangente después de la infanta Cristina”, aseguró. Novo dio consejos a ellos y se dejó reñir por el público femenino a la hora de doblar una toalla. Las risas estallaban con cada nuevo argumento tomado del día a día de una pareja, eso sí, siempre conectados con el origen prehistórico del conflicto. Hasta en nueve ocasiones hubo aplausos.
Nancho Novo es un gran actor (recuerdo en el Gayarre excelentes interpretaciones en Trainspotting y, más recientemente, en Los cuernos de don Friolera) y domina el monólogo al dedillo, aunque hubo momentos en que se contagió del público y le dio la risa en escena. Sus imitaciones de “ellas” fueron hilarantes. Mantiene su tirón y casi llena el teatro tras el paréntesis veraniego.
POR Víctor Iriarte. Publicado en Diario de Noticias el domingo 30 de agosto de 2015.
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