- by Victor Iriarte Ruiz
- on 2nd abril 2014
- in agenda teatral
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El martes 8 comienzan en Gayarre las funciones de «Naque», dirigido por Ignacio Aranguren, del proyecto «Jóvenes espectadores de Navarra»
Proyecto Jóvenes espectadores de Navarra
ÑAQUE o De piojos y actores, de José Sanchís Sinisterra. Con Miguel Goikoetxandía y Pedro Izura (Iluna Producciones). Dirección. Ignacio Aranguren.
Representaciones escolares. Martes 8, miércoles 9 y jueves 10 de abril (12.00 horas).
Función abierta el público. Miércoles 9 de abril, 20.00 horas.
Sinopsis. Solano y Ríos son dos cómicos condenados a viajar en el tiempo y a aparecer en cualquier teatro.
El actor y su público. Para Aranguren, Ñaque es una obra completa porque tiene humor textual y gestual y muchas situaciones, «con algunas reflexiones implícitas sobre el papel del teatro en la sociedad». En realidad, hay tres personajes: Ríos, Solano y el público. «Lo que analiza Ñaque es la relación del actor con su público»; esa relación de «amor odio» tan propia del teatro.
Guía didáctica. El proyecto se completa con una guía didáctica que se repartió en la jornada de enero y que tiene propuestas muy variadas para distintos niveles y que, según Aranguren, cuenta «con un material audiovisual precioso realizado por Jesús Glaria sobre la comedia y los comediantes del Siglo de Oro».
En Internet. Jóvenes Espectadores de Navarra quiere convertirse en un centro de recursos con guías didácticas y textos y propuestas de profesores de toda Navarra. El material existente hoy esta en www.teatrogayarre.com.
Algunas declaraciones de Ignacio Aranguren:
«El proyecto arrancó con un encuentro el 18 de enero en el Gayarre con una treintena de profesores de toda Navarra. Celebramos una jornada intensiva desde las diez de la mañana hasta las siete de la tarde. Quizá en el futuro, en vez de una jornada podríamos celebrar un seminario permanente o reunirnos periódicamente».
«El teatro escolar sirve para crear los espectadores hoy; para que cuando baje el telón un chaval de 17 años diga «¡qué guay!» y al día siguiente aun siga pensando en lo que ha visto».
«La jornada que celebramos en enero demostró que hay muchos profesores en Navarra interesados en utilizar el teatro ya sea para montar obras o para mostrar en las aulas todos los enfoques que puede tener un texto. Y Jóvenes Espectadores de Navarra lo que quiere es ponerles en contacto, evitando ese riesgo de aislamiento e intercambiar materiales. Hay un gran desperdicio de energía».
«Jóvenes espectadores de Navarra quiere es preparar al alumnado para ver teatro profesional, para el rito de una representación en un teatro de dorados y terciopelos como es el Gayarre. Que entrar en esta casa sea un placer, que no se pase por delante sin más, y que cuando uno se siente en una butaca y el telón esté a punto de levantarse sepa que todos los mundos son posibles. Ese es un momento del teatro que aun me apasiona, me emociona ese instante. Y eso es lo que queremos contagiar».
«Rechazo un poco eso que se llama teatro juvenil y que les da más de lo mismo. A veces ese tipo de productos son muy ombliguistas y creo que hay que tirar culturalmente de la juventud. No le vas a hacer de repente un Shakespeare en inglés, pero quizá sí que hay que plantearles propuestas que abran puertas y tiren de ellos. Hay que confiar más en los jóvenes, porque tienen el nivel, los conocimientos y la capacidad para descubrir y gozar».
«Me apetece más la gestión. Dirigir me ha exigido siempre mucha energía. Ahora me apetece estar en el teatro desde otro lado y aprovechar mi experiencia quizá para dirigir directores, pero no espectáculos. Este año, como había que arrancar y Ñaque es un texto de cabecera que enamora a cualquier teatrero, está siendo un placer, pero la idea no es que dirija montajes en lo sucesivo».
«El teatro para los jóvenes es un arma de doble filo. Siempre se dice que el teatro es educativo, pero nada es educativo por sí mismo. Para que esas experiencias se aprovechen hay que crear una serie de circunstancias. Esto requiere un proceso y cuando ese proceso se mima, se crea un filón de situaciones educativas, sobre todo porque, al menos en el caso del teatro, el profesor y el alumno están como lo que son no como lo que saben. Esto es muy difícil, un auténtico reto, pero el resultado puede ser estupendo».
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