El manual de la buena esposa. Autores: Miguel del Arco, Alfredo Sanzol, Juan Carlos Rubio, Verónica Fernández, Yolanda García Serrano y Anna R. Costa. Dirección: Quino Falero. Intérpretes: Mariola Fuentes, Llum Barrera, Concha Delgado. Lugar y fecha: Teatro Gayarre, 10/05/2013. Público: Lleno.

En Delitos y faltas, de Woody Allen, el personaje de Alan Alda plantea una ecuación que se ha convertido en clásica para definir la comedia. Dice: «Comedia es tragedia más tiempo». El paso de los años hace que podamos reírnos de cosas que, en su momento, nos habrían parecido terribles, demasiado dolorosas. La idea es bastante cierta, aunque discutible: siempre hay quien es capaz de reírse en la adversidad, y también quien cree que hay temas con los que jamás puede hacerse humor. Han pasado casi tantos años desde el fin del franquismo como los que duró el régimen. El manual de la buena esposa explora ese territorio para extraer la materia prima de su humor, como hace unos años lo hiciera El florido pensil. Es una buena veta para la comedia, como puede comprobarse en una revisión actual del No-Do. La pieza se centra en la situación de la mujer durante la dictadura: la Sección Femenina, los Coros y Danzas, la represión sexual, la religión, el matrimonio y la asumida sumisión al macho dominante. Este es el material de esta mirada hacia atrás con risa, que no con ira, por muy atroces que fueran aquellos tiempos.

El manual de la buena esposa consta de una docena de escenas ideadas por un sexteto de escritores de reconocida trayectoria. Sin desmerecer a los demás, están los nombres de Miguel del Arco o de Alfredo Sanzol; y también los de Juan Carlos Rubio (100 m2, Concha, yo lo que quiero es bailar), Verónica Fernández (Presas), Yolanda García Serrano (Fugadas) y Anna R. Costa. Pongo entre paréntesis solo los trabajos teatrales de los que guardo memoria que se hayan visto por aquí, pero, en el caso de varios de ellos, la lista de sus guiones de cine o de televisión me serviría para llenar de sobra este comentario. No me parece un detalle menor el hecho de que tres de ellos sean mujeres, lo que podría situarles en una posición más ventajosa a la hora de abordar con mayor lucidez y mordiente el tema de la función. Son, en suma, unas buenas cartas de presentación. Tal vez eso añada unas gotas adicionales de amargura a un resultado decepcionante.

El origen de los problemas está en el texto. Que algunas ideas sean un tanto reiterativas entra dentro de lo aceptable teniendo en cuenta que se ha cerrado el foco sobre un tema bastante concreto. Me resulta menos asumible que su tratamiento sea muchas veces superficial y algo tópico, con muy escaso margen para lo inesperado. Encuentro que, como un modo de compensar esto, se recarga el componente humorístico, produciendo una sensación de tono sobresaturado. Hay momentos de ramalazo histriónico que ni vienen muy a cuento ni dan a la escena lo que ya de por sí esta no tiene. En concreto, creo que Mariola Fuentes está exagerada en la mayor parte de sus intervenciones, y a Concha Delgado se la dirige hacia el exceso en unas cuantas ocasiones. Más ajustada me pareció Llum Barrera, dando el matiz preciso a cada intervención y extrayendo oro de escenas de desarrollo previsible, como en la versión nacional de Échale guindas al pavo (que recuerda a una Ay, Carmela desactivada de cualquier carga de profundidad).

Hay, no obstante, algunos buenos momentos. En la cima estaría el sketch Nazis desnudas, firmado por Sanzol, que eleva varios enteros el nivel de originalidad en la selección de la anécdota, en su desarrollo y en su fondo. Hay ideas interesantes, como la escena del consultorio radiofónico, aunque no terminara de convencerme su desarrollo, demasiado pasado de vueltas. All you need is love mezcla de manera más interesante la beatlemanía y la represión religiosa, y es también otro pasaje en el que sube el interés de la obra. Y Elogio de la aguja, divertido y sutil al mismo tiempo, en el que el humor es solo un fino tapete de encaje que oculta a duras penas el drama del hambre y la miseria.

Pedro Zabalza en Diario de Noticias y en el blog oscurofinal