Me cuentan mis espías en Madrid que mucha gente se está poniendo nerviosa con el lanzamiento mañana de Público, un periódico de ámbito nacional, de izquierdas, cuya tirada inicial va a ser de 250.000 ejemplares, por un precio de 0,50 euros. Sus características: totalmente a color, última página que es la portada de la sección de deportes, fichaje de grandes periodistas y columnistas de la izquierda progresista, mucho dinero para el lanzamiento, acciones de gente con poder (muchos de ellos también accionsitas de La Sexta) y un líder prestigioso de la blogsfera de izquierdas como director: Ignacio Escolar.

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Nerviosa la derecha, que ha perdido en tres años el monopolio de la televisión, absolutamente controlada por Aznar en su mandato (recuerden el estiércol habitual en los informativos de TVE con el Urdaci, el chico aquel navarro que ahora es humorista, y también antes claro), Antena 3 negando el chapapote y la huelga general en un ejercicio excelso de telebasura en sus informativos, Tele 5 muy presionada (Juan Pedro Valentín está ahora en Público) y Canal+ en codificado. Ahora, con Cuatro y La Sexta y TVE templada, en el PP están que trinan. Y más si la prensa de izquierdas también se enriquece, porque sólo quedaba uno, El País, que va a lo suyo, (el último diario aparecido y que se mantiene en la última década en Madrid es La Razón).

Nerviosos también en El País, que pierden un monopolio en prensa escrita y están perdiendo la segunda guerra del fútbol, por el apoyo de ZP a La Sexta. «Fuego amigo», le llamó Felipe González, dedicado a defender a Prisa, ya ven en qué ha quedado su legado.

Nerviosa la prensa, porque nace un periódico intermedio entre el euro que te cobran (en exceso, dado el nivel actual de los diarios) y el gratuito, y puede provocar movimientos importantes de lectores.

Y nerviosos los periodistas, que hacía años que no veíamos un lanzamiento potente, con «fichajes» y, según se ve, con gente de prestigio y profesionales que han demostrado que saben hacer bien las cosas.

Pero quedan muchas dudas:
– ¿Será un periódico preparado sólo para las elecciones generales?
– ¿Tendrá hueco en el mercado?
– ¿Ninguneará el teatro, al ser una «industria» en la que no entran los grupos de comunicación que sí publicitan sus inversiones en cine, internet, revistas, televisiones…?

De momento, pueden leer lo que ha dicho que va a hacer Nacho Escolar. Ha respondido a las preguntas de los seguidores de su blog. Léanlo aquí. Verán qué dice a las cuestiones que penden sobre Público.

Mi amigo Ricardo Royo-Villanova, que dirige el blog satírico de izquierdas más divertido y afamado de España, titulado A sueldo de Moscú, ha hecho diferentes reflexiones a propósito del nuevo periódico, especialmente si es posible hoy día la existencia de un periódico de izquierdas pero de verdad, que pueda hablar sin cortapisas de temas como la República, el Rey, El Corte Inglés y similares, y evitar los ninguneos para dar siempre la sensación de bipartidismo. Y como es muy listo mi amigo Ricardo, lo que dice está «bien visto». Léanlas aquí resumidas o pinchen en su blog:

«¿En qué consiste, para un periódico, ser de izquierdas? Evidentemente, no en ser revolucionario, ni en sumarse a campaña alguna, ya que eso supondría una entrada en barrena del periódico y su quiebra, ya que sería abandonado incluso por sus accionistas. En el panorama político y periodístico actual no es muy complicado ser de izquierdas, porque bastaría para ello hacer algunas cosillas que no hacen los periódicos que se publican ahora mismo:

– Abandonar el bipartidismo, es decir, no silenciar de manera sistemática las iniciativas y las posiciones del resto de los partidos políticos que no son el PP y el PSOE y, con suerte, los nacionalistas vascos, gallegos y catalanes. Y Batasuna, que sale mucho más de lo que le corresponde.

– Asumir que la política no la hacen sólo los políticos, que hay una gran cantidad de ciudadanos implicados en movimientos sociales, reivindicativos o de cualquier otro tipo, cuya actividad afecta a mucha gente, pero que no cuentan con gabinetes de comunicacion y prensa que les gestione su presencia en los medios. Poner el ojo informativo en este asunto y arrinconar en breves y sueltos las notas de prensa de partidos e instituciones sería una buena iniciativa para un periódico que dice ser de izquierdas.

– Cambiar el punto de vista, la forma de tratar ciertos temas que afectan a muchos ciudadanos y ciudadanas, como la vivienda, las políticas económicas y fiscales, el paro, la precariedad laboral, los accidentes de trabajo, que deben dejar de considerarse sucesos…

– Abandonar el dictado de lo políticamente correcto -y de los intereses comerciales- a la hora de tratar la política exterior.

– Abandonar la autocensura cuando se habla de la monarquía.

En definitiva, hacer un periódico de izquierdas es hacer un periódico que hable a la gente y no a los políticos, y que lo haga con un lenguaje, con unos formatos y con unos códigos de hoy, y no con los del siglo XIX, que son los que imperan aún en el periodismo español.