- by Victor Iriarte Ruiz
- on 30th abril 2016
- in Formación
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El director teatral y profesor de Literatura Ignacio Aranguren, premio Príncipe de Viana de la Cultura 2016
El director teatral y profesor Ignacio Aranguren Gallués (Pamplona, 1953) ha sido elegido Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2016. Diversos departamentos de Lengua y Literatura de institutos, profesorado en general y profesionales del teatro de Navarra han presentado la candidatura. Ignacio Aranguren es catedrático de Lengua y Literatura y profesor de Dramatización y Teatro. Su trabajo es bien conocido dentro y fuera de Navarra, ya que es un referente por sus proyectos durante más de 35 años. Durante este tiempo creó y dirigió el Taller de Teatro en el IES Navarro Villoslada.
La entrega del Premio tendrá lugar el 28 de mayo en el Palacio Real de Olite en un acto que no contará con presencia de representantes de la Casa Real española, como era tradicional en las dos últimas décadas. Este año, además, el premio no tiene dotación económica, sino que una cantidad similar, ha indicado la consejera en conferencia de prensa, se invertirá en desarrollar con el galardonado un proyecto de difusión de su obra que aún está por determinar.
Para este galardón se habían postulado nueve candidaturas, entre otras las del dramaturgo Alfredo Sanzol, la cineasta Helena Taberna, la violinista Isabel Villanueva, la arqueóloga y etnógrafa María Amor Beguiristain, la pareja de coreógrafos José Lainez y Concha Martínez y la asociación cultural IPES Elkartea. Además, el Departamento de Lengua y Literatura del Instituto Plaza de la Cruz había propuesto al profesor Ignacio Aranguren; la Asociación Cultural Peña Pregón, al pintor Miguel Echauri; y la Asociación Amigos de la UNESCO, al filólogo Pello Salaburu.
La consejera Herrera ha destacado la «dilatada trayectoria» de Ignacio Aranguren, profesor del Instituto Navarro Villoslada ya jubilado, quien ha sido director del taller de teatro de este centro educativo de forma ininterrumpida durante 35 años, en los que este grupo ha estrenado otras tantas obras de teatro. En estos 35 años, Aranguren ha puesto en escena con sus alumnos textos de Bertold Brecht, Alarcón, Valle-Inclán, Buero Vallejo, Gala, Goldoni, Jardiel Poncela, Quevedo, Shakespeare, Aristófanes, Mihura, Arthur Miller, Arniches, Tolstoi y Moliere, entre otros autores. Sus montajes se han representado en teatros de ciudades como Almagro, Madrid, Sagunto, Grenoble, Bruselas o Anglesey.
Su labor docente con los más de 1.000 alumnos que han pasado por el taller de teatro ha tenido un reconocimiento público nacional e internacional y ha contribuido a crear un público crítico y aficionado al arte dramático. Algunos de estos alumnos se han convertido en profesionales de las tablas, en actores y actrices, técnicos, docentes, guionistas o directores. Entre ellos se encuentra Alfredo Sanzol, candidato también al premio de este año.
Entre otros reconocimientos ha recibido el primer premio en las ediciones de 2006, 2008 y 2011 de los Buero Vallejo o el de la Innovación Educativa Francisco Giner de los Ríos por un proyecto con otros docentes para formar un taller teatral intercentros: el proyecto Trampolino. Su contacto con el arte dramático se remonta a las bambalinas del Teatro Gayarre de Pamplona, donde trabajó en labores de utillería, y además formó parte del grupo aficionado El Lebrel Blanco. También ha compaginado la docencia con loa elaboración de guías didácticas, cursos, conferencias y talleres de teatro.
Herrera, que ha estado acompañada por Emilio Echavarren, representantes del Departamento de Lengua y Literatura del Instituto Plaza de la Cruz, ha subrayado que Aranguren «ha despertado muchas vocaciones» de alumnos y ha sido una figura «clave» con su propuesta teatral «como herramienta de cohesión social». En ese sentido, Echavarren ha apuntado que Aranguren está «pasando el ecuador de su vida», ya que ha dejado la docencia, pero sigue trabajando en otros proyectos. Echavarren ha destacado el gran número de personas implicadas en los montajes de Aranguren en estos 35 años, todas ellas «imprescindibles» para el éxito de esos proyectos, y ha asegurado que éste es «un aprendizaje maravilloso de cómo deberíamos vivir». La sociedad, ha dicho, «sería muchísimo mejor» si se asimilara «lo que les ha enseñado Ignacio» a los alumnos en su taller de teatro.
«MUY HONRADO». Ignacio Aranguren ha recibido «muy honrado y, sobre todo, muy agradecido» el Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2016, además de «muy feliz» porque, por primera vez, se visibiliza en ellos el teatro y también los profesores. «La verdad es que estoy todavía un poquito descolocado», ha reconocido Aranguren, en declaraciones a Efe, dos horas después de recibir la noticia mediante una llamada de la propia consejera de Cultura, Ana Herrera, a quien lo primero que ha preguntado ha sido: «A ver, por favor, me lo puede repetir?». Posteriormente ha recibido la felicitación telefónica de la presidenta del Gobierno, Uxue Barkos.
Al conocer el fallo, ha recordado que su candidatura fue propuesta por el departamento de Lengua de los Institutos de la Plaza de la Cruz. «Un lugar donde yo fui alumno pero nunca he sido profesor», ha explicado antes de considerar que «es muy gratificante» que los profesores de otro centro valoren su trabajo. «Simplemente ese proceso, del que me enteré tarde porque se hizo a mis espaldas, ya ha sido muy gratificante y muy dulce», ha confesado Ignacio Aranguren. «Y que al final la historia haya concluido de esta manera tan inesperada, que con la heterogeneidad que ha habido este año y la abundancia de candidatos llenos de méritos muy diversos haya recaído en mi, me hace realmente mucha ilusión», ha agregado. Y es que, ha precisado, su perfil «ha sido siempre la educación y el teatro» quedándose a veces «a mitad de camino».
«Yo, de alguna manera, quiero sentir el orgullo, cuando lo reciba, de que ese premio también es para muchos profesores que educan en silencio», ha adelantado el galardonado, quien ha querido compartir la distinción con todas aquellas personas que «dentro de este mundo convulso de la educación, de las idas y venidas, se entregan en silencio a muchísimos alumnos aunque a veces la sociedad no se lo reconozca». Desde esta convicción, ha confesado que se siente «muy feliz» porque «se visibiliza el teatro navarro en los premios, que hasta ahora no había aparecido en ellos, y se visibiliza la educación y a los profesores».
«Seguramente han creído más en mi los que me quieren que yo mismo, pero la verdad es que me siento muy feliz», ha proseguido, antes de señalar que su vida profesional «ha sido realmente una carrera de fondo, donde ha habido momentos para todos los paladares, dulces y también amargos». Éste sin duda, ha dicho, es uno de los buenos momentos. «Me siento muy halagado, muy contento y además amenazo con seguir, porque aunque estoy jubilado, del teatro no se jubila uno nunca», ha indicado para revelar que, entre sus proyectos, le gustaría «muchísimo» crear una asociación de profesores de drama y teatro. «Una asociación donde resolvamos una de las cosas que yo he echado más en falta en mi profesión durante años, cuando me he sentido a veces muy solo haciendo mis iniciativas», ha señalado para apostar por una mayor coordinación y cooperación. «Que las artes escénicas dejen de ser el pariente pobre del cine», ha resumido.
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