“Quique se ha pegado un tiro. Ledicia cuida del cuerpo inerte de su novio, pero nada es tan sencillo como parece”. Bajo este inicio se desarrolla la trama de Una pareja cualquiera, el debút en el teatro del realizador tudelano Miguel Ángel Calvo Buttini que pone en escena esta obra el viernes a las 20.30 horas en el Teatro Gaztambide de Tudela. Escrita con la ayuda de Álvaro Lirón-Depetre, supone el salto al teatro de este director y productor navarro que tiene a sus espaldas dos largometrajes y cuatro cortos.

Una pareja cualquiera se adentra en las distintas fases por la que atraviesan las relaciones sentimentales, siempre en clave de comedia. “Es una comedia negra, una comedia disparatada. A lo largo de la obra ves cómo pasa la pareja por los diversos estados, la pasión, la ruina, la crisis, las infidelidades, la reconciliación, pero todo llevado al extremo”, explicó ayer. Durante estos días ultiman los ensayos para el debut del próximo viernes en su ciudad natal y ayer mismo realizaron un preestreno para apenas diez personas.

Buttini llega a la capital ribera rodeado de un equipo muy pequeño en el que además de la pareja de actores principales, destacan varios tudelanos como Luis González El Jabonero, que interpretará un pequeño papel haciendo de mensajero, y el creador del escenario Tomás Muñoz, hijo del pintor fallecido César Muñoz Sola. Los dos actores principales son dos rostros muy conocidos: Dani Muriel (conocido por su papel en la serie televisiva Escenas de matrimonio) y Carmen Barrantes (que cuenta con un premio Max de teatro), y junto a ellos Xabi Olza en el papel del amante. “Yo creo que el público se va a sentir muy identificado porque son situaciones de pareja por las que todos hemos pasado”, aclaró. A Luis González le sustituirá en las funciones José María Asín. «En este caso no podía y rápidamente pensé en Luis”, dice Calvo Buttini.

El origen de Una pareja cualquiera se centra en una obra de teatro muy breve que escribió Calvo Buttini y que se representó en Madrid en la productora Microteatro por dinero. Apenas diez folios escritos de tirón en un viaje de autobús entre Madrid y Zaragoza dieron para mucho. “Es verdad que la historia salió de corrido y sólo me había pasado una vez con el cortometraje Derecho de admisión. Es buena señal que una historia salga tan rápido. La presenté en Madrid y la verdad es que la obra ha ido avanzando casi sola. Fue muy bien en el microteatro y decidií ampliarlo”, recordó.

De aquellos diez folios comenzó un trabajo arduo para convertirlo en obra de teatro de unos 70 minutos, para lo cual ha profundizado en la vida de Quique y Ledicia, “has de crear un pasado a ambos para saber cómo llegan a estas situaciones. Haces avanzar a los personajes y la obra avanza con ellos”. El proyecto en construcción fue presentado en el Teatro Gayarre de Pamplona en el ciclo Leer para crear.

El proyecto ha recibido una ayuda a la producción del Gobierno de Navarra y ha entrado en el programa De Gira con subvención para su exhibición en los espacios escénicos de la Red de Teatros de Navarra. Después de Tudela vendrán, de momento, hasta ocho futuras actuaciones, “pero queremos llevarlo también por otras partes de España”.

Pese a que dejó su profesión de ingeniero de telecomunicaciones para adentrarse en el mundo del cine, el paso al teatro no lo ha vivido como algo extraño ni ajeno. “Me ha permitido sentirme un poco más libre y plantearlo como quiero y a eso se une una escenografía especial y los actores que también cantan y bailan durante la obra. En el cine te sientes bastante atado por todos los medios con los que cuentas y elmaremagnum de tener 2 millones de euros detrás. Aquí cuentas con 80.000 y no tiene nada que ver”. Buttini espera con cierta ansiedad y algo de nerviosismo su estreno en Tudela.

La cita es en el Teatro Gaztambide el viernes 14 de noviembre a las 20.30 horas.