Crítica de Víctor Iriarte en Diario de Noticias de «The funamviolistas», representada el viernes en Zizur Mayor
CRÍTICA TEATRO
The funamviolistas. Intérpretes: Ana Hernández, Lila Horovitz y Mayte Olmedilla. Dirección: Rafael Ruiz. Producción: The funamviolistas (España-Argentina). Lugar: Casa de Cultura de Zizur Mayor. Fecha: Viernes 3 de octubre. Público: Casi lleno, doscientos espectadores.
Deliciosos músicos callejeros
Tengo algunas dudas de si, al comentar este espectáculo, no estaré robándole el espacio a Teobaldos, el crítico musical de este periódico, puesto que en los 75 minutos que dura The funamviolistas no para de sonar la música amplificada: clásica (Massenet, Mozart, Offenbach, Vivaldi, Grieg, Bizet…) y contemporánea (canción francesa de Benoît Charest, tangos de Piazzola, temas inolvidables de Nino Rota y Henry Mancini, algún estándar de jazz…). Sin embargo, éste es un espectáculo sin palabras ante todo teatral. Se desarrolla en un parque, donde confluyen tres mujeres músicos que acaban de ser despedidas. Se conocen, empiezan a tocar, descubren lo mucho que les une y, tras comprobar que pueden tirar para adelante como intérpretes callejeros, construyen al aire libre su hogar. Junto al banco y un farol, elementos que conforman la mínima escenografía que se requiere, comen, juegan, sueñan, “viajan”, zapean viendo la televisión, discuten, se reconcilian… La vida misma. Cuando a todas ellas les llegue la seguridad de un contrato laboral, rápidamente recogerán sus pertenencias y se irán… O no.
Como intérpretes instrumentales, dan envidia. Ana Hernández tiene la carrera de violín, ha tocado en la JONDE y en orquestas sinfónicas. Como también estudió ballet, se atreve a interpretar un tema en puntas con zapatillas de bailarina. Lila Horovitz es contrabajista de jazz, compositora de música para el instrumento y tiene disco solista. Maite Olmedilla, la mejor voz del trío, ha tocado la viola en orquestas y le saca partido como requinto en varios temas. Las tres cantan deliciosamente y obtienen de sus instrumentos de cuerda no solo música, también sonidos onomatopéyicos, lo que incrementa la teatralidad.
Lo importante para que el espectáculo funcione es que son también buenas actrices. Tienen rostros de gran expresividad y logran transmitir las emociones que padecen con la dificultad añadida de estar a la vez tocando, pisan la escena con total desenvoltura, dominan su cuerpo y tienen notable vis cómica. Con apenas un gesto, hacen reír al público en numerosas ocasiones. Y se entiende leyendo sus currícula: Ana ha sido músico de escena en obras de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Lila ha actuado con el Circo del Sol y Mayte estudió la carrera de teatro musical en la RESAD. El espectáculo, además, ha sido bien dirigido por Rafael Ruiz, especializado en artes del movimiento. Como no han parado de actuar desde que ganaron premios importantes (como el Max al espectáculo revelación), están muy compenetradas en escena y el montaje se desarrolla sin altibajos.
Zizur programó la velada en horario nocturno, para público adulto, pero estoy seguro de que hará las delicias de cualquier chaval a partir de los 8 años. Hay una nueva oportunidad de verlo el domingo 26 de octubre en Auditorio Barañáin. Si no les dice nada la música clásica, vayan porque empezará a gustarles; si son melómanos, disfruten con el desenfado de la propuesta; si llevan a sus chicos a estudiar música, arrástrenlos para que flipen de verdad con el partido que se le puede sacar; si les gusta el teatro, aprovechen para descubrir un espectáculo elegante, equilibrado y delicioso. Yo prometo llevar a Teobaldos para que nos cuente también de lo suyo.
POR Víctor Iriarte. Publicado en Diario de Noticias el lunes 6 de octubre.
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