El escenario del Teatro Gayarre ya luce como el barrio de pescadores en el que mañana y el sábado se desarrollará la historia de Marina, una joven enamorada secretamente de Jorge, el marinero con el que se ha criado, pero al que nunca ha expresado sus sentimientos. En medio, Pascual, un joven ambicioso encaprichado de la huérfana y cuya irrupción desencadenará la trama. Enredos amorosos, pero también reflejo de la España de la época, de la pobreza y de las dificultades diarias para sobrevivir. Es lo que contiene esta obra lírica que Emilio Arrieta estrenó como zarzuela en 1855 y que a petición del famoso tenor Enrico Tamberlick transformó en una ópera que vio la luz en el Teatro Real de Madrid en 1871.

Ahora, la Asociación Gayarre de Amigos de la Ópera (AGAO) rescata la propuesta íntegra del autor de Puente la Reina con motivo del 120 aniversario de su muerte y la pone en escena el jueves y el sábado, a las 20.30 horas, en el teatro pamplonés, con Dorota Grzeskowiak y Antonio Gandía en los papeles protagonistas, la dirección musical de Miquel Ortega, dirección de escena de Ignacio García y la participación del Coro Premier Ensemble y la Orquesta Sinfónica de Navarra.

Al principio se había programado solo la función del sábado, pero “la afluencia de público nos empujó a hacer otra”, la de mañana, cuenta el gerente de la AGAO, Eduardo Solano, para quien se trata de una ópera “muy amable de escuchar y con melodías muy conocidas”. A juicio de Miquel Ortega, se trata de una partitura “muy apetecible para cualquier cantante”. Será por eso que la pieza ha tenido una trayectoria tan dilatada en el tiempo. Por eso y por su claro acento belcantista. No en vano, Arrieta estudió en Italia, donde absorbió directamente las influencias de maestros como Donizetti. Ortega subraya que para esta ocasión se ha recuperado la composición original, completa, incluyendo algunos números “que se retiraron tras el estreno”, como un dúo entre Roque y Marina y una danza en el segundo acto.

En cuanto a esta producción, Ortega alaba el nivel del reparto, así como del coro y de la OSN, de la que fue titular hace dos décadas, y que “hoy se encuentra en estado de gracia”, dice, encantado por la respuesta del público navarro, que prácticamente ha llenado las dos representaciones. Sobre todo “en los tiempos que corren, con la subida del IVA, que nos ha vaciado los teatros”, comenta este profesional empeñado en poner en valor las virtudes de obras como Marina y el género de la zarzuela en todo el mundo. “En conjunto, la zarzuela tiene más calidad que la opereta vienesa, pero no la sabemos defender y no la exportamos; ya es hora de que nos quitemos los complejos”, afirma.

Para Dorota Grzeskowiak, Marina es un papel de “gran dificultad técnica” tanto por la cantidad apariciones en escena, pero también por los agudos y agilidades que exige y que tanto gustan al público. En ese sentido, para dar ese aire de naturalidad y sencillez en la forma de cantar, detrás hay “mucho trabajo de fondo”. De la misma complejidad habla Íñigo Casalí, director de Premier Ensemble. La obra “tiene un lenguaje belcantista en el que se identifican fácilmente los desajustes”, de modo que el trabajo debe ser “muy transparente”. Por último, Antonio Castro, ayudante del director de escena, explica que Ignacio García “ha tenido muy en cuenta la exigencia vocal” del montaje, aunque, a pesar de ser una obra belcantista, ha apostado por una escenografía verista para mostrar no solo la trama amorosa, sino también cómo vivía la sociedad de la época.

Marina, de Emilio Arrieta. Dirección musical. Miquel Ortega. Dirección de escena. Ignacio García. Dirección de coro. Íñigo Casalí. Protagonistas. Dorota Grzeskowiak (soprano, Marina); Antonio Gandía (tenor, Jorge); Ismael Pons (barítono, Roque) y Fernando Latorre (bajo-barítono, Pascual). Voces navarras. Andoni Sarobe (barítono, Alberto); Sofía Esparza (soprano, Teresa), y Jon Arretxe (bajo, un marinero). Coro Premier Ensemble y OSN.

Sinopsis. Acto I: Mañana en la playa de Lloret de Mar. Mientras los pescadores cantan, Marina, huérfana de un marinero que había sido acogida en casa del capitán Jorge y de su madre, espera el regreso del primero, de quien está secretamente enamorada. Ella no sabe que sus sentimientos son correspondidos y que Jorge espera llegar para pedirle que se case con él. El capitán Alberto, amigo del padre de Marina, se dispone a zarpar. Marina le pide una carta de su padre que está en su poder, porque quiere conservarla como recuerdo. Alberto se la da. De repente aparece Pascual, un rudo muchacho que está enamorado de Marina, y que, al ver el afectuoso intercambio, cree ver un posible rival. Cuando Marina niega con vehemencia que Alberto sea su amante, Pascual le pide matrimonio. Con la intención de provocar que Jorge revele sus sentimientos hacia ella, Marina sugiere a Pascual que le pida su mano a Jorge; si él accede, el matrimonio se celebrará.

Conferencias introductorias. La AGAO ha organizado dos charlas en las sendos críticos desgranarán datos sobre Marina antes de cada función. Serán de 19.45 a 20.45. La primera correrá a cargo de Roger Allier y la segunda, de Xabier Armendáriz.