CRÍTICA TEATRO

LAS VERDES PRADERAS DEL POTOMACCompañía: Vanderbilt. Autor: Luis Miguel Alonso. Coreografías y dirección: Elisa Asín. Intérpretes: Fefa Leoz, Elisa Asín, Pepa Santamaría, Raquel Moreno, María José Cuenca, Ana Lebrón, Gema Ganuza, Patricia Alfonso, Luis Miguel Alonso, Patxi Chocarro y Jesús Chocarro. Lugar: ENT. Fecha: Viernes 31 de enero. Público: Lleno.

Sello Broadway

Buenos aficionados al musical clásico de Broadway como Luis Miguel Alonso y Jesús Chocarro -son miembros del coro de AGAO, o sea, intérpretes de nivel-, se unieron a un grupo de bailarinas y actores aficionados, bajo la dirección de Elisa Asín, y casi dos años después estrenan a teatro lleno. Los interesados que se quedaron sin entradas tendrán que esperar para aplaudirlos hasta el domingo 9 de marzo y desplazarse a la Casa de Cultura de Mutilva, que ha acogido sus ensayos y será su sede social. Doble motivo de satisfacción: el tirón de público y el buen momento del teatro amateur navarro, con propuestas estilísticas tan atrevidas como hacer Broadway en estos pagos, con varias de las partituras musicales interpretada en directo al piano. ¡Chapeau!

Bajo el nombre de Vanderbilt surgió un recital musical en 2005 en el ciclo Golfos de la ENT. Ahora, ampliado el guión y con nuevos personajes, se presenta como estreno absoluto y nuevo título. Alonso declaró en el programa El Apuntador de Onda Cero que tiene inquietudes literarias y escribe poesía, y en estas Praderas del Potomac brillan rotundos chispazos que revelan sus habilidades y su notable sentido del humor. Sin embargo, se nota que no maneja los resortes de la escritura dramática, pues sólo en los minutos finales se percibe un atisbo de dramaturgia, es decir, confrontación entre una protagonista y su antagonista meridianamente visible. Eso se traduce en que no hay acción en toda la primera media hora y en que se narra más que se dramatiza (los diálogos son mas bien monólogos discursivos, donde el personaje explica antecedentes al público en vez de hablar a su interlocutor). Se desaprovecharon materiales para el enredo: el primer momento de auténtico interés teatral se produce justo a la media hora de iniciada la función, cuando la dueña del cabaré reconoce en el emperifollado visitante a un antiguo amor, sin que luego se use el recurso para complicar la trama. Los números musicales se intercalaron sin una precisa justificación interna, aunque hay que señalar que así es el esquema del gran musical clásico, que va de 1940 a 1970. Si me apuran, y por ser tiquismiquis, le hubiera pedido al autor repensar un título tan poco “filatélico”, es decir, sin un guiño a lo que se cuenta.

El público no se aburrió porque hasta que la obra “arranca” mediada la función   había disfrutado de una exquisita selección de momentos de los mejores musicales clásicos, cantados con gusto y delicadamente coreografiados y bailados, todos aplaudidos por los espectadores, y porque la segunda parte incrementa el humor de situación. La última vuelta de tuerca que da Alonso a su texto fue muy aplaudida y, tras la disfrutada sucesión de solos y duetos, se llegó al electrizante número coral de Anything goes, de Cole Porter. En efecto, el elenco se despide constatando que “todo fluye” y dejó un magnífico sabor de boca al espectador.

En el terreno interpretativo fue un descubrimiento Fefa Leoz, la dueña del cabaré, actriz con recursos cómicos y excelente cantante, quien mejor trabajó la construcción de un personaje junto con Jesús Chocarro y Elisa Asín. La directora situó con tino a los actores en distintos planos y los movió con soltura, pero no logró “cerrar” la cuarta pared. Los intérpretes cantaron y bailaron frente al público, pero “de espaldas” a la clientela del cabaré. Seguro que en el próximo bolo evita los silencios entre escenas y previos a los números musicales y, sobre todo, el saludo final, que hay que ensayar más para que no desluzca la propuesta. Hay que destacar también el cuidado vestuario y peluquería, que revela el esfuerzo, talento e interés que reúne una compañía amateur que debe continuar su labor. Tiene motivación, repertorio y público para este género.

POR VÍCTOR IRIARTE. Publicado en Diario de Noticias el martes 4 de febrero de 2014.