Crítica de Víctor Iriarte de «Familia por horas», con el grupo Talo, estrenada en Auditorio Barañáin el domingo 26 de enero
CRÍTICA TEATRO
FAMILIA POR HORAS. Compañía: Teatro Talo. Autora y directora: Laura Laiglesia. Intérpretes: Javier Baigorri, Rosa Nagore, Neus Vives, Luis Martínez, Katrin Peláez, Inma Nagore, Goyo Clavero, Sagrario Nagore, Isabel de Diego, Lola Martín, Boris Díaz, Patricia Gastón, María Gastón y Jorge Goñi. Lugar: Auditorio Barañain. Fecha: Domingo 26 de enero. Público: Lleno.
Talo vuelve a llenar
Tercera vez consecutiva que Talo estrena en enero en Auditorio Barañain y tercera a teatro lleno. Eso da idea del tirón popular de esta veterana compañía y de la expectación que despierta. Ha encontrado “su” público, espectadores de todas las edades que reconocen su entrega en cada montaje y disfrutan con las comedias que regalan con periodicidad bienal. Un funeral de muerte y Las chicas del calendario eran adaptaciones directas de películas británicas de éxito, y también se inspira en el cine esta Familia por horas, aunque para hallar sus fuentes primigenias se requiera algo de arqueología.
Luis García Berlanga decía que la mejor primera escena del teatro español del siglo XX está en Maribel y la extraña familia, de Miguel Mihura, (que se podrá ver en febrero en Baluarte). Dos viejecitas dan la chapa a un matrimonio que está de visita en su casa, pero no dice ni Pamplona. Cuando a las damas les place, lamentan que a la pareja silente se le haya hecho tarde y la despide sin remilgos pagando 50 pesetas a cada uno. Alquilan visitas. Es más cómodo que recibir amistades y aguantar su conversación sobre achaques. El día que cumple años, la anfitriona dobla la paga, pero a cambio el matrimonio debe traer una tarta y un niño vestido de marinerito. Esta cómica situación inspiró al cineasta Fernando León de Aranoa para su filme Familia, donde un solterón alquilaba mamá, hijos y cuñados en determinadas fechas. Y esta misma idea ha usado Laura Laiglesia para escribir su pieza, aunque aquí tiene un punto más dramático. Quien paga se juega el empleo si su jefa, llegada de EE.UU., descubre que lleva años mintiéndole, pues se inventó hasta una hija discapacitada.
Se nota que Laiglesia fue de los alumnos que mejor aprovechó los impagables cursos de escritura teatral de Chris Dolan en el Gayarre, pues dialoga con tino, singulariza cada personaje, gradúa ritmos y coloca muy bien los chistes. Los veinte primeros minutos del enredo son deliciosos. El público sufre con el protagonista cada vez que alguno de los actores mete la gamba. Lástima que la autora no haya retorcido más la situación, por ejemplo llevando a tiempo real toda la acción en el domicilio, lo que hubiera añadido un ritmo de vértigo a la comedia e incrementado su comicidad, amén de que evitaría los enojosos cambios de escena, que rompen el ritmo. El recurso de la entrada del policía es artificioso y parece colocado para llegar a un final “en punta”. Sobra la escena prólogo y no queda dramáticamente justificado ni cómo descubre la americana la farsa ni por qué los actores de inmediato se compadecen de su contratador y dan la cara por él. Sorprende que el personaje de la Miss se difumine conforme avanza la obra. La obra permitía más reflexión sobre la familia o buscar las posibilidades cómicas de la mentalidad “Tea Party”. Como otras veces, el epílogo despistó al público, que adelantó su aplauso final.
Laura Laiglesia había anunciado una retirada temporal como directora teatral para centrarse en su escuela de actores Butaca 78, pero el Talo, con buen criterio, la ha rescatado para la causa. Montaje a montaje crece como directora, mueve de forma sobresaliente los grupos y se nota su buena mano con los actores, porque saca lo mejor de cada uno. Ellos tienen motivos para estarle agradecidos, porque a los 14 ha regalado un momento para su lucimiento. El patio de butacas percibe el buen rollo que se traen. Esta Familia llegó muy ensayada al estreno. Se colocaron sus frases con fluidez, a pesar de lo difícil que resulta en escenas de masas y en grupos aficionados. Disfruté con los apuros de Javier Baigorri, la personalísima cocinera creada por Rosa Nagore, “Miss” Katrin Pelaez, la monja impostada, Jorge Goñi y… no me queda espacio. Es que todos están muy bien.
POR VÍCTOR IRIARTE. Publicado en Diario de Noticias el viernes 31 de enero de 2014.
Comentarios recientes