En 2014, la compañía navarra Iluna cumple su veinte aniversario. Sus miembros han preparado la campaña 19 años, nueve meses y un día gestando dos espectáculos que verán la luz entre septiembre y octubre. El primero de ellos es una revisión Ramplona 2016. La siesta de la cultura, de 2010. Unas semanas más tarde, el grupo estrenará una comedia que, de algún modo, supone toda una declaración de amor al oficio teatral.

Ramplona 2016. Sobrevivir o vivir del sobre es el título de la nueva visión de uno de los textos más conocidos de Iluna. El montaje se estrenará el 27 de septiembre en la Escuela Navarra de Teatro, donde permanecerá también el día 28, así como el 3, 5 y 6 de octubre. Después, se trasladará a Berriozar, Barañáin, Villava, Burlada y lo que vaya surgiendo. «Queremos esperar un poco al boca a boca», explica el autor y director de los espectáculos de la compañía, Miguel Goikoetxandía, que aclara que esta no es la obra con la que girarán durante la temporada, sino más bien un divertimento que llevarán a escena puntualmente. «No queremos encasillarnos en un humor local, en ese sentido preferimos textos como Cerdo agridulce, pero tampoco queremos renunciar a divertirnos y divertir con este otro tipo de propuestas», añade el director, que decidió retomar Ramplona junto con sus compañeros: Óscar Orzaiz, Pedro Izura, Ana Berrade y David Larrea. «Si en estos tiempos toca recuperar algo, ¿por qué no hacer un poco el gamberro y pasarlo bien?» Eso,»y visto lo que ha pasado en la política navarra desde entonces», les convenció del todo.

En este caso, la cultura es uno más de los temas que abordarán estos concejales transformados en consejeros dirigidos por una alcaldesa convertida en presidenta. Sanidad, educación, infraestructuras, servicios sociales… Hay mucho de que hablar en esta comunidad que si hace unos años optó a la Capitalidad Europea de la Cultura, esta vez aspira al Premio Europeo a la Transparencia. «La verdad es que me estoy divirtiendo mucho escribiendo las nuevas escenas», confiesa Goikoetxandía, consciente de que la indignación de la calle ha crecido a tal nivel en los últimos tiempos que, de algún modo, todo el mundo quiere que se hable de estos temas.

El segundo estreno de Iluna será el 19 de octubre en Berriozar. Se trata de una comedia de humor generalista que aun no tiene título, «porque no he encontrado el adecuado», pero sí argumento. Cuenta una historia ubicada a principios de la decada de 1980 del pasado siglo, con una compañía de repertorio que lo mismo hace un infantil que un vodevil o un cumpleaños en un bingo. Este grupo venido a menos intenta sobrevivir de pueblo en pueblo. Con la caída del destape, le han abandonado las vedettes con sus lentejuelas y ya solo quedan los tipos característicos: el galán, el gracioso, el malo y la chica no tan guapa que no lo hace mal. «La obra tiene algunos toques amargos y los actores pasan por situaciones duras, pero buscan soluciones muy divertida», apunta Goikoetxandía, que, de algún modo, identifica las dificultades que tienen que vivir tantas compañías hoy con aquel tiempo en que había que buscarse la vida como fuera. «De algún modo, es una historia de amor hacia el teatro», termina.