Crítica de «Ruido!», de Las Bernardas de Valladolid, en el Festival de teatro aficionado de Tafalla
Obra: Ruido!, por la compañia Las Bernardas de Valladolid. Autor: William Shakespeare. Dirección y puesta en escena: Alberto Velasco. Intérpretes: Concha de la Fuente, Toñi Gil, Estela Valverde, Alba Gómez, Susana Cocero, Fernando Mata, Roberto González, Fernando Martín, Pablo González, Yolanda Calzada. Lugar y fecha: Casa de Cultura de Tafalla, 12/10/2012. Público: tres cuartos de entrada.
Nueces de otoño
EL grupo Gabalzeka de Tafalla vuelve a organizar el interesante Festival de Teatro del Tercer Sector un año más. Una empresa para la que, en la actual coyuntura, el calificativo de meritorio empieza a quedarse corto. Hace falta algo más contundente, del rango de heroico, homérico o algo así. La segunda de las obras del presente ciclo corre a cargo de la compañía vallisoletana Las Bernardas, que se ha atrevido con un texto no muy representado de Shakespeare, pero que conoció una cierta fama gracias a una entretenida versión cinematográfica de Kenneth Branagh: Mucho ruido y pocas nueces, abreviada aquí simplemente como Ruido!, con ese signo de exclamación final, a lo Lionel Bart.
De la producción de comedia de Shakespeare, Mucho ruido y pocas nueces me parece uno de las mejores exponentes. Se trata de una comedia romántica desenfadada, con unos personajes bien dibujados que se mueven en torno a dos líneas argumentales basadas en sendos idilios: el de Claudio y Hero, la pareja de tortolitos que a punto están de terminar mal; y el del dúo de enemigos de Cupido, Benedicto y Beatriz, emparejados casi a su pesar. Todo ello en un palacio de una idealizada Sicilia, que Branagh presentó como una especie de celestial corte decimonónica, y que en esta versión de Las Bernardas tiene aire más bien de barroco postnuclear. La primera es luminosa como un día de primavera, mientras que, en esta versión, un aire gélido parece colarse por los vidrios rotos del palacio de Leonata. Bueno, en realidad, las nueces son más de otoño.
La estética de la puesta en escena, no obstante, me parece uno de los puntos fuertes de esta versión de la compañía vallisoletana, aunque la abigarrada escenografía habría dado menos problemas seguramente en un espacio un poquito más amplio que el de la Casa de Cultura de Tafalla. Pero ese ‘bosque’ de ventanas, que repite como con una lupa de aumento la maqueta del palacio situada en el otro lateral del escenario, es una idea con posibilidades, si bien me parece que no del todo desarrolladas.
Creo que esto es algo trasladable al conjunto de la propuesta, que me parece pródiga en buenas ideas. Ideas como un saco de nueces que, al abrirlas, algunas tienen un fruto sabroso y otras, poco más que la cáscara. Se aprecia un trabajo competente de dirección, a cargo de alguien, Alberto Velasco, que demuestra tener una buena visión de la escena, y que aporta valor añadido al trabajo de un elenco voluntarioso. Hay una puesta en escena dinámica, un intento tenaz porque los diálogos se sucedan en un toma y daca vibrante y porque cada réplica cobre el sentido cómico o dramático que tiene el texto. En la función de Tafalla, no obstante, hubo algún trompicón en los diálogos y algún amago de confusión en las salidas de escena que empañaron algo el resultado final. Las interpretaciones también resultaron un tanto fluctuantes. Me quedo, sobre todo, con las de Benedicto (Roberto González) y Beatriz (Estela Valverde), cuyos encuentros están probablemente entre lo más intenso del montaje. También me gustaron la Hero de Alba Gómez y el Don Pedro de Fernando Mata.
Pedro Zabalza en Diario de Noticias
Muchas gracias por lo que toca a Gabalzeka; pero sobre todo por entrar a valorar y criticar estas propuestas de teatro amateur.
Comparto las apreciaciones, tanto positivas como negativas. Todas son de ayuda.
A mi me resulta especialmente incómodo que en los montajes amateurs haya disparidades en el tono y nivel interpretativo. Creo que los grupos debemos cuidar especialmente este aspecto por lo que tiene de colectivo nuestro trabajo. Tampoco tolero bien que en un texto haya tropezones. Soy permisivo con las licencias que la dirección se toma a veces para acercar la trama al espectador actual y en ese sentido creo que todo estaba bien hilado y construido.
En fin, enhorabuena a Las Bernardas porque tienen una trayectoria muy regular e interesante aunque en esta representación se manifestaron ciertas circunstancias y dificultades que todos lamentamos y deseamos que resuelvan satisfactoriamente.
Un abrazo.
Y felicitaciones a los dos, Victor y Pedro, por vuestros escritos y vuestra proyección del teatro en general.
¡Enhorabuena por la página! Muy interesante
Javier, En el esìritu amateur esta la disparidad de actuaciones. Si solo queremos «Buenos actores» muchos de los grupos actuales no tendrian cabida segun tu opinon en la escena navarra. No te olvides de que aficionado es aficionado, no profesional. Si luego quieres entrar a valorar si dentro de los aficionados son buenos porque son todos del mismo nivel interpretativo, vale, pero en muchos grupos aficiones, lo primero es el grupo y luego la calidad interpretativa.