Mensaje del Día Mundial del Teatro para la Infancia y la Juventud

Queridos amigos:

Amo el teatro. Amo la magia de este arte que nos reúne en la misma sala y sin embargo somos únicos… Cada cual con su historia, descalzos o con zapatillas de lujo, en el frío del polo o en el calor del trópico. Cada cual con su humor, su familia, sus gustos, su color de piel, sus problemas, sus sueños.

 Amé el teatro todavía más cuando la actriz que fui conoció al público infantil. Me di cuenta de la sutil frontera entre realidad y ficción. ¿Quién dice la verdad, si es que la verdad existe? ¿Quién miente? ¿Quién habla mejor, más tiernamente del hombre al hombre… ¿La realidad o la ficción?

Es muy tentador creer que la realidad dice la verdad y que la ficción miente. ¿Por qué entonces una bofetada, una simple bofetada en escena me trastornó tanto el otro día? Mientras que ayer veía, sin conmoverme, imágenes por televisión de la guerra en directo; imágenes que me decían que mañana la catástrofe será más grande más penosa, más grave.

¿Por qué? La pregunta es fabulosa… e inagotable. Ese es el misterio que hace que el teatro sea tan preciado y tan único. Todos ustedes que están ahí sentados… esperando que la luz se encienda… Díganme, dónde está la verdad, si es que existe la verdad? Díganme, dónde está la mentira, si es que existe la mentira?

Con toda mi amistad que es mucha-

Suzanne Lebeau

El 20 de marzo, desde 2001, se celebra en todo el mundo el Día Mundial del Teatro para la Infancia y la Juventud, con el principal propósito de atraer  a un público más amplio. Desde la primera edición de esta jornada organizada por ASSITEJ, se difunde un mensaje, que en esta edición firma toda una autoridad en la materia, la dramaturga quebequesa Suzanne Lebeau. Durante el Día Mudial, organizadas por la propia asociación internacional ASSITEJ, sus centros territoriales o las propias compañías y teatros, tendrán lugar representaciones especiales, lecturas, exposiciones, se difundirán artículos en prensa… y sobre todo, la lectura y difusión del mensaje escrito por Suzanne Lebeau.


Atraída por el teatro desde 1966, Suzanne Lebeau inició su carrera teatral como actriz. Entre 1966 y 1973, interpretó Molière, Ionesco y Stoppard al mismo tiempo que completaba su formación con Jacques Crête y Gilles Maheu, en Montreal, y con Étienne Decroux, en París. Realizó asimismo una estadía de un año en Polonia, trabajando paralelamente en el Teatro de Pantomima y en el Teatro de Marionetas de Wroclaw. En 1975, después de haber fundado el Carrousel junto a Gervais Gaudreault, Suzanne Lebeau abandona la actuación poco a poco para consagrarse exclusivamente a la escritura. En la actualidad, la dramaturga cuenta en su activo más de 25 obras originales, 3 adaptaciones y numerosas traducciones, es reconocida a nivel mundial como una figura clave de la dramaturgia para público joven y figura entre los autores quebequeses más puestos en escena en el mundo con más de 100 producciones repertoriadas en cuatro continentes. Sus obras han sido publicadas a nivel internacional y traducidas a 16 idiomas: Una luna entre dos casas (1979), primera pieza de teatro canadiense escrita para la primera infancia (3 a 5 años), fue traducida a seis idiomas; Salvador (1994), presentada, entre otros, en el New Victory Theatre de Broadway, ha sido traducida a cinco idiomas; El Ogrito, creada en francés, inglés, italiano y español por le Carrousel, cuenta también con traducciones al alemán, al maya, al portugués, al griego y al ruso. Su texto más reciente, El ruido de los huesos que crujen (2009), creado por le Carrousel, será llevado a escena por la Comedia Francesa (2010). En Francia y en España, se publicaron dos ensayos sobre su trabajo de escritura: Itinéraire d’auteur (Itinerario de autor), editado por el Centre National des Écritures du Spectacle – La Chartreuse (2002), y Las huellas de la esperanza, editado por Ensayo ASSITEJ España (2007).

Suzanne Lebeau ha enseñado la escritura para público joven en la Escuela Nacional de Teatro de Canadá durante 13 años, desempeñándose igualmente como consejera de jóvenes autores nacionales y extranjeros, fomentando de esa forma el surgimiento de una nueva dramaturgia para un público de jóvenes y niños. La importancia de la obra de Suzanne Lebeau, así como su contribución excepcional al florecimiento de la dramaturgia para público joven, le han valido numerosos premios y distinciones nacionales e internacionales.