«Follies, de Stephen Sondheim, es mucho más que un musical al uso. Ahora mismo, bajo la denominación de musical, se encuentran fórmulas para enhebrar éxitos y venderlos como espectáculos referidos a cantantes o emisoras de radio. A mí lo que me interesan son los musicales con concepto dramático, como los de Sondheim. Todas sus obras tienen una gran consistencia dramática, se explican historias, hay un dibujo de personajes y situaciones, un resultado teatral».

 

«Sondheim fue el gran revolucionario del género musical porque para él las canciones no son simplemente una ilustración, sino que con ellas, con sus letras y su música, va avanzando la acción dramática. Las canciones se configuran como escenas. Concretamente, en Follies no hay saltos entre la parte hablada y la cantada, sino que es una prolongación de lo que estás interpretando. Escuché una vez una frase de una actriz hablando de Sondheim que ahora la entiendo muy bien: sus personajes empiezan a cantar cuando ya no pueden seguir hablando».

Vicky Peña y Carlos Hipólito, que representan Follies en el Teatro Español de Madrid desde el 10 de febrero.