- by Victor Iriarte Ruiz
- on 16th octubre 2007
- in agenda teatral
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Un musical inicia el jueves el ciclo Antzerki Aroa
El Ayuntamiento de Pamplona inicia esta semana una nueva edición del ciclo de teatro en euskera Antzerki Aroa con la representación, el jueves a las 20:30 horas, de Kaputen Kanta, un musical de la Fábrica de Teatro Imaginario (FTI) en torno a la muerte y a los ejercicios de duelo.
Las representaciones tendrán lugar en la sala de la Escuela Navarra de Teatro (ENT), en la calle San Agustín.
Las entradas para asistir a la representación cuestan 6 euros para el público en general y 4,20 para euskaltegis y grupos de aprendizaje del euskera.
Las otras dos funciones serán el jueves 22 de noviembre, cuando Ez dok hiru Bikoteatroa presente Larru Haizetara (sexu kuadernuak). Y el jueves 13 de diciembre, cuando se exhiba el trabajo de Doke Antzerki Taldea Actto para la Noche Buena
El programa comienza con una compañía habitual en el ciclo, defensora de una estética propia y fácilmente identificable. Así lo explica el coordinador Xabi Garai, que recuerda los fundamentos sobre los que en 1998 surgió este grupo radicado en Vizcaya, como laboratorio de investigación teatral. Y es que la propuesta de creación de la FTI «indaga un lenguaje teatral propio que nos permita expresarnos libremente, y cuyos elementos tienen origen en el imaginario colectivo de la compañía». Así, el punto común de sus variadas creaciones teatrales es que se originan en el juego y se construyen en un equipo formado por el trabajo paralelo de las diversas dramáticas escénicas: texto, música, espacio, iluminación, objetos, actor/bailarín, etcétera.
Kaputen kanta (El canto de los muertos) es una propuesta protagonizada por dos personajes, Ivi y Dora (Mirian K. Martxante y Maria Urzelay), dos plañideras que van soltando lágrimas y festejando cada una de las muertes para cuyos duelos son contratadas. «El tema de la muerte es recurrente en nuestra trayectoria, pero siempre para hacer una apología de la vida», dice Garai, que destaca que éste es un montaje «muy fácil de ver, muy divertido», en el que la música que ha compuesto Aitor Agiriano y que cantan y bailan las dos intérpretes desempeña un papel importante, lo mismo que el texto, la escenografía y el resto de elementos que rodean a la grotesga pareja protagonista. Y todo, a partir de un verso del poeta Ángel González, para vivir un año es necesario morir muchas veces mucho, por lo que la función es «una celebración de la vida plena».
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