Crítica de teatro de Víctor Iriarte en Diario de Noticias de «Pulgarcita», en el Teatro Gayarre
CRÍTICA TEATRO
Pulgarcita. Compañía: Carver espectáculos (Murcia). Libreto: Gloria Muñoz, versión libre del cuento de Hans Christian Andersen. Música: Eugenio Fernández. Dirección: Alfredo Ávila. Intérpretes: Ester Carpes, Miguel Gálvez, José María Niebla, Edgar Moreno, Gloria García, Fran Pousa y Hugo Ruiz. Lugar: Teatro Gayarre. Fecha: Lunes 29 de diciembre. Público: 720 espectadores (Lleno).
Sapos y príncipes
El inicio de esta Pulgarcita no hace presagiar nada bueno. Un narrador con pasos artificiosos de bailarín pero excesivamente relamido hace una presentación sin relación con el meollo de la historia y lanza preguntas al público infantil sin escuchar en ningún momento sus respuestas, es decir, sin ninguna capacidad de improvisación ni dominio real de la escena. La escenografía también es cuestionable: una flor gigante y una ventana gigantesca para visibilizar el reducido tamaño de los personajes principales, sobre cámara negra: sin telones ni proyecciones. Llama la atención la poca imaginación de la puesta en escena: si se dice que el personaje duerme en una caja de cerillas, hubiera sido bonito mostrar ese y otros objetos a tamaño descomunal; sin embargo, la protagonista mete y saca sus pertenencias de un arcón convencional.
Pero, a pesar de esa mala primera impresión, la obra empieza a despegar en poco tiempo. En el momento en que se abre la flor, surge la protagonista, Pulgarcita. Después se colarán en la estancia el príncipe Cornelius con dos miembros de su séquito y surgirá el amor. Desde las primeras canciones se nota el toque “muy Disney”, pues son temas dulzones y almibarados, pero originales, bien cantados y fáciles de seguir por el público, que aplaude cada intervención. Cuando de verdad mejora la obra es con la entrada de los “malos”, la madre sapo, interpretada con extraordinaria comicidad por José María Niebla, y el tontorrón sapo hijo, papel que corresponde a Edgar Moreno, con cuya comicidad gestual se conecta rápido y arranca sonrisas del público. Ambos planean el secuestro de la niña para obligarla a casarla. Sus diálogos, con gracejo andaluz y recurriendo a tópicos simpáticos, ofrecen un contraste saludable con los personajes “serios”.
La trama no se complica, se limita a la historia de la boda forzada y se sigue fácil: envenenamiento, secuestro, preparativos de boda, el hada madrina que ayuda al príncipe que acude al rescate y final feliz. Los niños aplaudieron varios mutis de los personajes protagonistas, los enamorados, con más cuajo como cantantes que como actores. Los oscuros entre escena y escena para meter o sacar objetos que identifiquen los distintos escenarios se hicieron con rapidez y no rompieron en exceso el ritmo de la representación. El tirón de los cuentos sigue siendo imbatible para llenar el patio de butacas.
POR Víctor Iriarte. Publicado en Diario de Noticias de Navarra el jueves 8 de enero de 2015.
Estimado Victor,
Gracias por su crítica constructiva. Nosotros somos los primeros en darnos cuenta de los fallos que el montaje va teniendo a lo largo de su trayectoria. Algunos personajes no son, en gira, los que habitualmente lo son. Ya se puede imaginar usted que es difícil tener un actor en exclusividad cuando no se le puede ofrecer más que unas pocas actuaciones al año. Para nosotros ha sido muy difícil , además, conseguir estos espacios tan importantes que hemos podido lograr para esta gira de Navidad ya que somos una productora nueva y nos ha costado mucho que confiasen en algo como esto sin curriculum previo como productores o como guionista en mi caso. Hicimos el montaje con toda la ilusión del mundo y, cierto es, que quise que fuese muy muy Disney para volver a contar los cuentos como me los contaban a mi hace muchos años. Si es que ya se ha perdido el romanticismo y me duele tanto…En cuanto a la escenografía pues le doy a usted la razón pues no es lo que nosotros teníamos diseñado ni se ajusta en proporción a lo que queríamos conseguir con la estética, ni nada de nada. Tenemos esa caja de cerillas, además muy bonita y muy grande, pero no lo suficiente como para que el público piense que puede caber Pulgarcita, por lo que decidí retirarla. En cuanto al resto pues no es lo que queríamos pero después de estar hecho no hemos podido invertir en cambiarlo todo, pues a nuestro parecer habría que quitar todo y empezar de cero. Yo intento convencerme todo el tiempo de que me compensa, sin embargo, la respuesta del público, que en definitiva es para quien hemos echo todo esto y ver a esos niños y a sus padres aplaudir porque lo han pasado bien. En fin….solo quería agradecerle su sinceridad y espero que esto sirva para dar el empuje que necesito para cambiar cosas y quizá nos volvamos a encontrar y quizá usted algún día pueda ver una Pulgarcita renovada y pueda escribir: «…sin comentarios».
Un muy afectuoso saludo.
Gloria Muñoz
Muchas gracias por su amable carta. Entiendo todo lo que me cuenta y lo difícil que es encajar todas las piezas en una producción y el mal sabor de boca que dejan encargos mal realizados y que te tienes que «tragar». Ojalá les vaya muy bien y pueda ver muchos proyectos suyos sobre los escenarios. Un abrazo desde Pamplona.