El Ballet de Leipzig, una de las pocas compañías grandes de ballet de Alemania reconocidas a nivel internacional, presenta en Baluarte mañana martes (20.00 hrs.) una de las obras cumbre de la música sacra occidental: La Gran Misa, de W.A. Mozart. Uwe Scholz, director y coreógrafo de la compañía desde 1991 hasta su fallecimiento en 2004, se encargó de convertir esta gran obra de Mozart en una maravillosa obra plástica, con una exigente puesta en escena en la que participan cuarenta bailarines.

Las entradas para esta segunda cita de la Temporada febrero – mayo 2013 de Fundación Baluarte cuestan 32, 24 y 20€ y se pueden adquirir por los medios habituales: en las taquillas de Baluarte, en la web www.baluarte.com y en el teléfono 902 15 00 25. Además, gracias al Programa 3/30, los menores de 30 años pueden adquirir entradas por 6€ para ver este ballet desde la zona 3 del Auditorio.

La Gran Misa es el título de la coreografía de Uwe Scholz y está dedicada a la música sacra de Mozart; la más famosa es La Misa en Do menor KV 427,       llamada La Grande y es, al igual que su Réquiem, fragmentaria. En la versión de Uwe Scholz las partes no escritas o no terminadas por Mozart son reemplazadas por cantos gregorianos adicionales y música contemporánea, así como por poesía. En el Credo se alcanza su punto culminante: el fragmento es el concepto. El Credo de Arvo Pärt es un collage en el que los drásticos contrastes son forzosamente entretejidos. Entre el comienzo y el fin (en el estilo de Bach) un mundo se viene abajo, es el caos. La composición de Mozart puede ser entendida como un diálogo con la obra de Johann Sebastian Bach.

Hablar del Ballet de la Ópera de Leipzig es hablar de Uwe Scholz, su director y coreógrafo desde 1991 hasta su prematuro fallecimiento en noviembre de       2004. Con 40 bailarines de más de 20 países, el Ballet de Leipzig es una de las pocas compañías grandes de ballet de Alemania reconocidas a nivel       internacional. Cuando asumió la dirección artística de la compañía, Scholz creó un gran número de ballets: desde composiciones sinfónicas y sagradas,       como La Creación de Joseph Haydn y La Gran Misa de Wolfgang Amadeus Mozart, hasta historias de ballet clásico como El lago de los cisnes y La bella durmiente.

Con coreografías como BachKreationen y Gloria in excelsis Deo –creadas junto con Thomaner Choir– Scholz rindió homenaje a su ciudad natal, Leipzig. A través de la escritura coreográfica de Scholz, el Ballet de Leipzig consiguió un perfil artístico único. Si bien la danza ha tenido siempre una larga tradición en Leipzig, nunca ha sido tan importante el ballet en la ciudad como lo fue con Uwe Scholz y el Ballet de Leipzig. Tras la muerte de Scholz, Paul Chalmer se convirtió en nuevo director artístico del Ballet y trabajó para mantener los altos estándares que Scholz estableció y para definir nuevas direcciones. En el verano de 2010, Mario Schröder, bailarín principal del Ballet de Leipzig hasta 1999, fue nombrado coreógrafo y director de la compañía.