La Asociación Gayarre de Amigos de la Ópera (AGAO) estrena este sábado en Baluarte una versión semiescenificada de Madama Butterfly, la «obra más sincera» y «una de las preferidas» de Giacomo Puccini, que la rehizo hasta en cinco ocasiones. La soprano Amarilli Nizza es Cio-Cio-San, la protagonista de esta ópera basada en hechos reales que contará con vestuario, iluminación y escenografía, así como con la orquesta y el director sobre el escenario, a la vista del público, que aún puede comprar alguna de las pocas entradas que quedan para la función, al precio de  56, 39 y 29 euros.

El secretario de la AGAO, Guillermo Lorea, explicó ayer que, aunque la asociación ya montó esta partitura en 1995, «un título de este calibre siempre debe estar en nuestro repertorio», no en vano es uno de los siete más representados de la historia de la lírica. Lorea agradeció que, en estos tiempos difíciles, el elenco haya decidido participar «en condiciones muy generosas» y subrayó la propuesta del director de escena, Lander Iglesias, «que será del agrado de todos los públicos». «En situaciones como la actual, buscamos ofrecer formatos que no solo no restan calidad a los montajes», sino que, como en este caso, con los instrumentistas y el director a la vista, «sirven para dar más intención a la obra, resaltando sus momentos más importantes», indicó.

El gerente de la entidad, Eduardo Solano, comentó que esta idea lleva un año y medio gestándose con un elenco «de los que hacen época», dirigido por José Miguel Pérez-Sierra, al frente, asimismo, del Coro Premier Ensemble de la AGAO y la Orquesta Clásica de España. Para el maestro, Madama Butterfly es «espléndida» por muchos motivos, pero sobre todo porque «cuenta con la música quizá más sincera que escribió Puccini. «Todas sus tramas giran en torno a la mujer, a veces la odia y otras la desea sexualmente, pero en esta ópera expresa un amor puro y verdadero hacia el personaje, en el que profundiza mucho, y desde la primera nota lamenta lo que le sucede», apuntó Pérez-Sierra, para quien, tanto «por el exotismo a nivel armónico» como por su «refinamiento» orquestal y el «uso del leitmotiv de los personajes y situaciones», el compositor se acercó más a Prokofiev o a Stravinski que a los veristas italianos. Respecto al equipo de trabajo, el director dijo de Premier Ensemble que es «uno de los mejores coros amateurs de España» y, en cuanto a la Orquesta Clásica, destacó «la calidad y las ganas» de sus componentes.

Amarilli Nizza, que encarna a la joven japonesa Cio-Cio-San, coincidió con sus compañeros en que se trata de una partitura «refinadísima», además de compleja. «Puccini ahonda en el alma de las mujeres y las busca reales, no las inventa como Verdi», dijo la soprano, que reconoció acabar «destrozada» cada vez que interpreta este personaje, no en vano el compositor «sacó a la luz el primer caso de pedofilia y turismo sexual» y eso «hoy está muy vigente», no tanto en Japón, pero sí en muchos otros países. «Para mí esta es una historia muy dura porque habla de una mujer maltratada por Pinkerton; me afecta mucho y me resulta un drama insoportable; espero hacer llorar a unos cuantos como lloro yo al hacer la ópera», agregó la cantante.

Andeka Gorrotxategi es el responsable de dar vida al protagonista masculino, el teniente americano B.F. Pinkerton, que durante su estancia en Nagasaki toma como esposa a una quinceañera, que cree que ese matrimonio será para toda la vida, cuando, en realidad, para el militar solo se trata de una aventura fuera de su país hasta que encuentre a una mujer de su misma cultura y posición social. La mezzo Elena Cassian encarna a Suzuki, la criada que intenta convencer a Butterfly de que él nunca volverá. Pero la joven le seguirá esperando, y no lo hará sola.