Concluyó el pasado fin de semana la Muestra Teatro de Aquí. El viernes actuó uno de los grupos más entrañables, el Aula de Juslarrocha, formada por voluntariosos veteranos y sorprendentemente con uno de los repartos menos nutridos de los últimos años: sólo cuatro actores. El programa no señala quien es el autor de la obra (¿Marisa Serrano?). El grupo no gasta ni una peseta en escenografía y utiliza un escenario desnudo que, para las diez primeras réplicas, el espectador avisado ya sabe que es la antesala del cielo y que nos están hablando cuatro víctimas de un accidente de tráfico. El mérito de los cuatro actores es notable. La pena es que se ha escogido una obra toda a base de réplicas y frases cortas que intercala cada personaje (y no de monólogos y frases más largas, lo que facilitaría la memorización). Si aparecen las dudas (que son muy comprensibles) en el papel, si se lo piensan un segundo antes de hablar, la puesta en escena en su conjunto sufre, que es lo que pasó. Los cuatro actores, sin embargo, supieron imprimir con gestos y miradas las peculiaridades de cada personaje, muy diferentes entre sí.